Desde hace algunas décadas la industria farmacéutica introdujo al mercado algunos jabones llamados “antibacterianos” para ser usados en excepcionales circunstancias, sin embargo, algunas empresas, aprovechándose de la falta de información del consumidor, y el deseo de ampliar su mercado para ganar más dinero, comenzaron a promocionarlos como la gran maravilla para la protección de la salud de los niños, a los que había que bañarlos todos los días con este tipo de detergentes. Durante varios años se ha cuestionado estos jabones antibacterianos, pero hoy la más importante autoridad sanitaria del mundo, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de los Estados Unidos, los ha prohibido debido a que los fabricantes no han podido demostrar que su uso, a largo plazo, sea seguro ni más eficaz que el jabón tradicional y el agua para la prevención y asimismo evitar la propagación de ciertas enfermedades. Las sustancias químicas que matan bacterias no discriminan entre bacterias buenas y malas, simplemente arrasan con todas, con lo cual dejan desprotegida nuestra piel, generan resistencia bacteriana y rompen el equilibrio de nuestra flora cutánea. Siendo que estos productos farmacéuticos están poniendo en riesgo la salud de los consumidores y en especial de los niños, las autoridades sanitarias de nuestro país deben disponer el retiro inmediato de los jabones con triclosan y triclobarnan. Lamentablemente Digemid sigue autorizando su uso, tal como aparece en su reciente comunicado (http://www.digemid.minsa.gob.pe/UpLoad/UpLoaded/PDF/Comunicados/2017/C69_2017-09-19.pdf). Las tres marcas identificadas hasta el momento son: Heno de pravia, Protex (for men) y Glici. * Defensor de los consumidores.