Los aportes ilícitos a campañas electorales sí son delito

El Tercer Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional falla en contra del expresidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, en el juicio del caso Lava Jato.

Luego de más de 10 años, uno de los megajuicios más complejos del caso Lava Jato llegó a su fin. El expresidente peruano Ollanta Humala y su esposa, la ex primera dama Nadine Heredia, han sido declarados culpables por cometer lavado de activos.

La jueza Nayko Coronado sentenció que los aportes que recibió en su momento el Partido Nacionalista Peruano para las campañas presidenciales del 2006 y 2011 tuvieron origen ilícito desde Venezuela y a través de la disuelta constructora brasileña Odebrecht.

Lo que demuestra este primer fallo es, en primer lugar, una primera victoria de la justicia. Y, asimismo, del equipo especial Lava Jato, liderado por los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez. Ambos actualmente perseguidos por los operadores de la alianza gobernante.

Este primer punto y seguido, de un conjunto de sentencias que involucran a líderes políticos, pone en autos a aquellas organizaciones políticas que tienen en su haber procesos penales por la misma acusación que declaró culpables a Humala y Heredia.

Así, esta primera sentencia de los múltiples procesos judiciales iniciados por el caso Lava Jato sienta un precedente de trascendencia inmediata a los otros casos implicados a Odebrecht al afirmar, de manera rotunda, que los aportes ilícitos de campaña sí configuran un delito.

La orden judicial de reclusión por 15 años al expresidente y demás involucrados directos en la captación ilícita de contribuciones que estén al margen de la ley es un aviso a los otros líderes políticos relacionados con procesos de la misma índole, entre ellos Keiko Fujimori.

Si bien su juicio ha regresado a una etapa de control de acusación, los indicios fiscales se mantienen. La lideresa del partido Fuerza Popular no ha sido declarada inocente como los fujimoristas intentan hacer creer y, sin duda, este fallo también la alcanza.

Ante esta constatación, vale la pena alertar sobre dos caminos que se abren: el primero, las probables peripecias que desde el Parlamento y otros diversos órganos aliados de la impunidad puedan darse con el fin de manipular, bloquear o interrumpir los procesos que involucran a líderes políticos. El segundo, la clara advertencia a los 43 partidos políticos que buscarán presentar candidaturas en abril del 2026: recibir aportes ilícitos te lleva a la cárcel.