Michel Azcueta
Las acciones que presenciamos la semana pasada en el Ejecutivo y en el Legislativo como, por recordar algunos hechos, la continuación del cuestionado nombramiento de asesores de alto nivel por todos los ministerios, la presentación de demandas de investigación sobre hechos superficiales de parte de un lado y del otro, las declaraciones increíblemente ridículas de varios líderes políticos tanto desde los partidos políticos como desde el gobierno, los acuerdos, con abrazo incluido, de los que venían acusándose mutuamente y la rapidísima negación de la validez de esos mismos acuerdos, etc. etc. me animó a pensar qué definición podríamos dar al estilo en que se viene ejerciendo la política en nuestra sociedad.
Buscando y buscando encontré la palabra TRAFA con significados muy bien explicados. Por ejemplo, en el Diccionario de la Academia Española de la Lengua, se define como “trampa, engaño, ardid, fraude”; el Diccionario Latinoamericano, recoge para trafa esos significados y además añade “el término trafa es utilizado en Perú como engaño, pillería”; y para asegurarnos más de qué estamos hablando el Diccionario Perú: palabras, modismos y más también recoge para trampa los términos “engaño, estafa, trampa”. (1)
Muchos, no me atrevería a colocar qué porcentaje de ciudadanos, creemos que hay que poner fin de una vez a ese estilo de hacer política que tanto daño nos está haciendo como sociedad. Consideramos que permanentemente se nos hace trampa, que nos engañan, que realmente nos hacen fraude desde el gobierno nacional, desde los ministerios, desde los partidos políticos, desde los medios de comunicación, desde los grupos de poder económico. Ya no hablo de personas, porque en el Perú como en todas partes, como personas las hay buenas, regulares y malas, sino que lamentable y terriblemente se ha ido creando esto que estoy llamando un estilo permanente de entender y practicar la política que origina la desconfianza y la indiferencia en la ciudadanía.
Curiosamente, en el citado Diccionario Latinoamericano se señala como antónimos de la palabra “trafa”, ¡sinceridad y verdad! Y ese es el camino a seguir de todos aquellos que nos dedicamos a la política. No se trata de que todos pensemos igual ni que propongamos todos lo mismo en nuestros planteamientos. La política es diferencia en ideas, en evaluaciones, en propuestas y en prácticas, pero en democracia nos respetamos con sinceridad: somos diferentes y no enemigos a muerte…
Muchos, y sinceramente creo que somos muchos, creemos que la crisis política permanente que estamos viviendo está minando de tal manera la confianza entre los peruanos que va a terminar haciendo imposible un proyecto nacional que nos dirija, con los aportes de unos y otros, al progreso y bienestar propios del siglo XXI por lo que hay que cortar de una vez colocando un límite, un corte nacional, un basta ya de engaño, trampa, fraude y avanzar hacia la concertación construyendo los objetivos mínimos comunes que aseguren la participación y generen la confianza necesaria alcanzando objetivos concretos.
¿Podemos terminar con la política trafa? Pienso que sí. Los nuevos liderazgos por todo el Perú tienen la palabra.
(1) Búsqueda en Google del significado de la palabra “TRAFA”.
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