¿Cuándo se podrá retirar la CTS?

En cuidados intensivos

A pesar de la disminución de muertes por la pandemia en el país, las camas UCI siguen escaseando de manera alarmante.

No saber si se podrá conseguir una cama UCI, en estos momentos, es un trance doloroso y hasta puede terminar fatalmente.

Las últimas cifras, oficiales, de decesos por el COVID-19 en el Perú podrían generar la impresión de que la tragedia causada por el nuevo coronavirus está en fase de declive. Desde hace varios días, no se supera el preocupante umbral de más de 200 fallecidos al día por esta causa, un descenso paulatino que parece irse afirmando.

Incluso las cifras dadas por el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef) revelan una tendencia a la baja. Sin embargo, la falta de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) continúa siendo angustiante. Según la plataforma Open Covid-Perú, al 10 de marzo solo quedarían 116 en el país, de un total de 2.021.

Sería inexacto afirmar, como suele ocurrir en medio de la comprensible desesperación, que “no hay una sola cama UCI en el país”. Pero ocurre que esas 116 no se encuentran a la mano, en cualquier centro hospitalario o clínica. En Lima, por ejemplo, apenas hay ocho para una población de más de 9 millones de habitantes.

En los departamentos de Ayacucho y Loreto –siempre de acuerdo con Open Covid y hasta el 10 de marzo– no hay ni una cama UCI. En La Libertad, solo hay una. Únicamente en Huánuco y Apurímac hay más de 10 (10 y 11, respectivamente). Tal precariedad explica las escenas dramáticas que contemplamos a diario en los noticieros.

Por otro lado, si bien el abastecimiento de oxígeno medicinal ha mejorado, gracias a las importaciones de Chile y el aporte de algunas empresas como Southern Perú Copper Corporation (SPCC), tampoco se trata de un recurso que esté a la mano. A tal punto que muchas personas lo tienen que conseguir por su cuenta.

Es lo que se pide en varios hospitales y clínicas, y por eso las tristes y desoladoras escenas en los lugares donde se expende, en los que no ha estado ausente una infame especulación. Todo esto configura una situación que no se termina de manejar, aun cuando las cifras de contagio y decesos estén pareciendo remitir lentamente.

El Gobierno tiene que redoblar sus esfuerzos en este terreno, sin descuidar el proceso de vacunación. Ninguna pieza puede comenzar a tambalearse en la estrategia para resistir la pandemia. No saber si se podrá conseguir una cama UCI, en estos momentos, es un trance doloroso y hasta puede terminar fatalmente.