La vez que un cineasta se infiltró en Chile y grabó un documental que enfureció a Pinochet
Tras el golpe de Estado de Pinochet, cientos de opositores fueron perseguidos por sus ideales políticos y muchos partieron al exilio. Sin embargo, uno de ellos regresó luego de 10 años para grabar un documental y estuvo cara a cara con el dictador.
Cuando el 11 de septiembre de 1973 Augusto Pinochet dio un golpe de Estado al Gobierno de Salvador Allende, el horror se instaló en todo el país. Este fue un hecho sin precedentes y el inicio de uno de los episodios más sangrientos y fatídicos en Chile, el cual tiene repercusiones hasta la actualidad.
La maquinaría de Pinochet inició una campaña de persecución contra opositores, líderes sociales, gestores culturales e incluso contra los libros (señalaban, por aquel entonces, que ayudaban al adoctrinamiento comunista).
Miguel Littin fue uno de los cineastas perseguidos, incluso apareció en una lista de personas no deseadas, por lo que tuvo que escapar del país. Sin embargo, regresaría encubierto y estaría cara a cara con Pinochet.
Palacio de La Moneda. Foto: AFP
¿Qué pasó con Miguel Littin en Chile?
Miguel Littin es un cineasta y director de televisión, descendiente de árabes y griegos, que nació en Palmilla en 1942. Estudió teatro y trabajó mucho tiempo en la televisión, hasta que en 1969 comenzó su carrera cinematográfica con “El chacal de Nahueltoro”, que impactó en la sociedad y tuvo gran acogida en la taquilla.
Littin empezó a destacar por sus películas en términos sociales y políticos, pero tras el golpe se vio obligado a partir de Chile por sus ideas políticas y salió en una de las listas de personas no gratas, por lo que podría ir preso o desaparecer como otros.
Partió a México y vivió muchos años allí. Conservaba la esperanza de volver a su país, pero supo que no podría cuando en 1983 salió una nueva lista de personas no gratas y su nombre volvió a aparecer.
Entonces, Miguel Littin decide regresar a su país clandestinamente para grabar un documental, que reunía las vivencias y testimonios de lo que pasaba en Chile, a 12 años de que los militares tomaran el poder.
Augusto Pinochet y Salvador Allende, el 23 de agosto de 1973, en Santiago de Chile. En ese mismo año ocurrió el golpe de Estado. Foto: AFP
Tuvo que cambiar su forma de hablar, su peinado, su ropa, sacar papeles falsos, hacerse pasar por uruguayo, comerciante, y en la clandestinidad dirigió a dos equipos de cine: el primero conformado por extranjeros y el segundo por jóvenes que formaban parte de la resistencia.
Luego de ello presentó el documental, “Acta central de Chile”, en el Festival de Cine de Venecia del 1986. En ese mismo año Gabriel García Márquez publicó el libro “Miguel Littin Clandestino en Chile”, en el que cuenta cómo el cineasta burló la seguridad de todo el país y que incluso coincidió con el propio Pinochet en los pasillos del Palacio de la Moneda, donde el presidente no lo reconoció.
Al verse vulnerado, el dictador enfureció y decidió quemar 15.000 libros del premio nobel, que debían llegar a manos de Arturo Navarro, representante de la editorial Oveja Negra en Chile.
“El libro ya había sido publicado en capítulos en Chile por una revista (Análisis) meses antes (...). Sin embargo, lo que me preocupaba es que, de acuerdo a la prensa, la incautación de los libros se debía al mal estado de los contenedores, que me parecía una disculpa inusual”, le relató Navarro a la BBC.
Primera edición del libro del premio Nobel, Gabriel García Márquez, Miguel Littin Clandestino en Chile. Foto: Raptis Rare Books
En el Museo de la Memoria de Chile quedó un documento, emitido el 8 de enero de 1987, que confirma la incineración de los 15.000 ejemplares porque su contenido “transgredía abiertamente las disposiciones constitucionales y legales”.