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Martín Valdivia, el médico peruano que libra la batalla del coronavirus en EE. UU.

El doctor arequipeño con especialidades en medicina interna, neumonología y cuidados intensivos confesó a La República todo lo que se vive dentro de una UCI en un hospital de Florida. Busca que sus pacientes mejoren con la aplicación de novedosos tratamientos.

Doctor Valdivia
Doctor Valdivia

Por María José Vargas y Ernesto Carrasco.

Los riesgos, el estrés y el cansancio no impiden a Martín Valdivia Arenas tener la disposición de ofrecer una mejor atención a sus pacientes positivos para coronavirus.

La experiencia del doctor peruano se pone de manifiesto en los pasillos del Jackson North Medical Center de Florida (EE. UU.) como encargado de la Unidad de Cuidados Intensivos, que en la actualidad cuenta con poco más de 40 pacientes que padecen la COVID-19.

Advierte que la enfermedad agarró con los brazos cruzados a todo el mundo; sin embargo, no descansa por tratar que sus pacientes superen la enfermedad. Confiesa que es duro tener que conversar con los familiares para dar la peor de las noticias. “Es como que el ángel de la muerte pasa por encima de la UCI y se los lleva. Esta situación no es fácil para nadie”, dice.

Es egresado de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, con especializaciones en medicina interna, neumonología y cuidados intensivos en Estados Unidos. El doctor Valdivia conversó con La República sobre la batalla que le toca librar cada día en el punto más álgido de la pandemia.

-Ante la llegada de la COVID-19 ¿Cómo es un día de trabajo para Martín Valdivia?

Ingreso al hospital a las 7.00 a. m. todos los días. Desde ese momento me están esperando, al menos, 10 pacientes con coronavirus, unos muy graves, otros no tanto.

El día empieza con mover a los pacientes fuera de la UCI, siempre y cuando sea necesario. Posteriormente damos espacios a los otros.

Algunos se empiezan a descompensar y hay que intubarlos. Es un proceso bien estresante y el potencial de contagio es mayor para todos los que intervenimos. En ese procedimiento, el paciente tose, las partículas de virus se expanden y todo el personal médico se expone.

Muchos de nosotros no dormimos bien. Colegas y enfermeros se han puesto a llorar por la situación y hasta se han desmayado por el cansancio.

-¿Se ha encariñado con los pacientes?

Claro que sí. Eso pasa por la cantidad de tiempo que pasan con nosotros, tratando de librar la batalla contra el coronavirus.

Tengo un paciente que es de Venezuela. Es un señor, de 50 años, me dice que le diga la verdad siempre. Tiene seis semanas en Oxígeno, aún no logra salir de allí; sin embargo, siempre está de buen ánimo. He hablado con sus hijos por llamada y ya nos hemos convertido en grandes amigos. Le prometí que cuando mejorara y saliera de allí nos tomaríamos unas cervezas (risas).

Doctor Martín Valdivia. Foto: Dr. Valdivia (EE. UU.).

Doctor Martín Valdivia. Foto: Dr. Valdivia (EE. UU.).

-¿Ha tenido que conversar con familiares de algún paciente que haya fallecido?

Si, me ha tocado y forma parte del día a día. Muchas veces esos pacientes se mueren solitos, bueno, casi todos.

Hay momentos que es inevitable no llorar con ellos. A uno se le parte el corazón cuando fallece un paciente que estaba sano y no había presentado patologías previas. Tratamos de hacer todo lo posible pero de repente se van. Personas que estaba respirando bien y luego dejan de hacerlo porque les ha dado un paro cardíaco o respiratorio.

-¿Por qué hay pacientes que mejoran y al pasar los días recaen en la enfermedad?

Esto sucede cuando el sistema inmunológico se hiperactiva causando toda la inflamación en los pulmones producto de la COVID-19. Me ha pasado con varios pacientes, que han llegado al hospital con síntomas leves, comienzan a mejorar, son dados de alta pero vuelven a la semana siguiente con deficiencia para respirar.

Martín valdivia antes de atender a sus pacientes en el Jackson Nrth Medical de la Florida. Foto: Dr. Valdivia.

Martín valdivia antes de atender a sus pacientes en el Jackson Nrth Medical de la Florida. Foto: Dr. Valdivia.

-¿Por qué el nuevo coronavirus afecta más a hombres que a mujeres?

Considero que las mujeres tienen una protección superior por su biología. Ellas tienen una inmunidad más fuerte porque tienen dos cromosomas X, en cambio el hombre tiene uno. El cromosoma X es bastante importante para el sistema inmunológico.

Los varones, generalmente, cuidan menos su salud en comparación a las mujeres. Muchos de ellos presentan enfermedades crónicas como diabetes, dolores y problemas con hipertensión, que además traen complicaciones cuando son diagnosticados con COVID-19.

-¿Una persona puede llegar a ser inmune a la enfermedad?

Hay que tener claro que la enfermedad es nueva y es muy temprano para afirmar eso, probablemente en un año se vea información más detallada al respecto. Una inmunidad completa es la que uno hace cuando te da sarampión o las paperas. En cuanto al coronavirus en su variante SARS CoV-2, no se debe especular. Personalmente, yo no he tenido pacientes con reinfección reportado.

-¿Qué tipo de secuela, a nivel pulmonar, ha visto en sus pacientes?

Reportes preliminares señalan que algunos pacientes pueden terminar con una afección pulmonar severa. En unos casos, terminan con una fibrosis pulmonar y esto es como un tipo de cicatriz en términos de comparación.

Los problemas respiratorios y cardíacos también se presentan en otros casos.

Además, puede pasar que presenten problemas renales y requieren diálisis. También se han reportado casos de encefalitis o secuelas similares a las provocadas por el Síndrome de Guillain-Barré.

Tratamiento aplicado para pacientes con COVID-19

Valdivia junto con otros colegas médicos en Estados Unidos ha dejado de utilizar la hidroxicloroquina y la Azitromicina para tratar a pacientes con COVID-19 desde hace dos semanas pese a que el presidente Donald Trump ha incentivado su uso en varias oportunidades.

-¿Por qué ha dejado de usar la hidroxicloroquina, que tanto promueve el presidente Donald Trump?

El presidente Trump se emocionó con el uso de ese medicamento debido a un estudio pequeño que han realizado en Europa. Pero nosotros, los médicos, debemos tener estudios concluyentes sobre una medicina y si realmente funciona o tiene efectos secundarios.

Tanto la hidroxicloroquina como la Azitromicina las he dejado de usar desde hace dos semanas. Está comprobado que la primera podría causar problemas del corazón, en dosis muy altas.

En la actualidad, no tenemos una medicina que sea usada de manera uniforme para controlar esta infección viral. Estamos seguros que el Tamiflu y los antirretrovirales usados para pacientes con VIH no funcionan.

-Entonces, ¿qué está usando para atender a los pacientes con COVID-19?

Lo que hacemos es darle soporte al paciente. Cuando llega al hospital puede que esté presentando una neumonía severa, procedemos a intubarlo, le damos oxígeno, nos aseguramos que tenga una buena nutrición, vemos sus valores y toca esperar que el cuerpo mismo controle la enfermedad.

Estamos suministrando esteroides como Hidrocortizona para controlar la inflamación severa de los pulmones. Hay que aclarar que esta no mata el virus; sin embargo, hay pacientes que presentan mejoría.

Además, usamos un anticuerpo monoclonal que se llama: Tocilizumap. Por lo general, se emplea para tratar artritis y daños en las articulaciones.

-El suero de pacientes convalecientes se está aplicando en Europa, Estados Unidos y Argentina con resultados, parcialmente, buenos. ¿Usted lo está haciendo?

Sí. Estamos empezando a usar ‘el suero de pacientes convalecientes’, que proviene de personas que tuvieron la enfermedad y se recuperaron. Ellos donan el plasma y nosotros se lo suministramos a los pacientes con COVID-19 severos.

Al extraer el plasma, se concentran los anticuerpos, se purifica y se administra vía endovenosa a las personas. Aún no sabemos si realmente es una ayuda porque estamos en una fase inicial.

El factor limitante para usarlo es que debe haber suficientes pacientes convalecientes y recuperados para que se pueda ver una gran cantidad de donantes.

¿Cuándo decirle a la gente que salga de casa?

-¿Cómo ve el Perú en su lucha contra la COVID-19?

Entiendo que Perú tiene limitaciones por la cantidad de pruebas que aplica. Pero considero que nuestro mayor problema es que no tenemos la logística necesaria para poder seguir los casos.

Yo entiendo que hay que seguir haciendo test a mucha gente, pero también hay que darle seguimiento a los detectados para que no contagien a más personas. Eso nos permitiría saber cuando abrir la economía, además, nos serviría para saber cuando decirle a la gente que salga.

Estoy de acuerdo con las medidas de aislamiento que se tomaron, pero cuando los marcadores de la enfermedad bajen, las medidas se deben relajar un poco.

-¿Cómo convivir con el virus?

Por un buen tiempo deberíamos de evitar las aglomeraciones de personas, conciertos, partidos, entre otros. Una vez que se relajen las medidas, es recomendable que la gente use las mascarillas para ir al mercado o hasta para montarse en un avión. Lavarse las manos muy bien.

Cuando les toque salir de las casas al pasar el confinamiento, deben tomarse las cosas con calma y de manera responsable. A partir de este momento, el ser humano debe ser más cuidadoso con su cuerpo, evitar los excesos y mantener el peso.