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Borja Echevarría: “La gente se está muriendo sola para evitar mayores contagios”

Entrevista al director adjunto del diario El País (España).

borja echevarria
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La situación que atraviesa España por el COVID-19 es una de las más dramáticas. Hasta ahora, es el segundo país con más decesos. Borja Echevarría, director adjunto del diario El País, conversa con La República sobre lo que se vive allá y responde acerca de los retos que el ejercicio periodístico enfrenta en una situación límite como esta.

España tiene uno de los sistemas de salud más importantes de Europa, pero está rebalsado. ¿Cómo se llegó a una situación así?

Puedes tener el mejor sistema sanitario del mundo, pero si no te preparaste con mucha anticipación, pues el resultado es el que tenemos hoy en España, en Italia.

O en Estados Unidos.

Así es, y que pinta que será cada vez más grande. No excuso a los políticos, pero acá nadie jamás había gestionado una pandemia de este calado. No supieron ver, por falta de experiencia y exceso de imprudencia, lo que se venía. Esto empezaba a verse venir por lo de China o lo de Italia, que está al lado nuestro.

Con flujo de gente que va y viene.

Permanente. No olvidemos que hubo partidos de fútbol entre equipos italianos y españoles, la semana de la moda en Milán. A pesar de que el nivel de contagios en Italia subió mucho, en España no se adoptaron las medidas preventivas suficientes. Es cierto que es fácil juzgar lo pasado, aunque también es verdad que no se tomaron algunas decisiones clave.

¿Cuáles?

Por ejemplo, se autorizó la manifestación del 8 de marzo por el día de la mujer, con decenas de miles de personas apretadas. Para entonces ya había casos de COVID-19 en España. Ya después hemos sabido que el virus se expandía rápidamente, que una persona contagiada se lo transmitía a tres o cuatro más. Este ratio solo ha bajado con el confinamiento. Te diría dos cosas: ni los políticos ni la sociedad estaban preparados y, luego, no hubo previsión. La decisión de no prohibir la manifestación del 8 de marzo tiene un componente político…

Cuando se aceptó que se realice la marcha del 8 de marzo, Italia ya era un caos.

Por eso, no se midió bien. Para que te des una idea, de las mujeres representantes del Gobierno en la manifestación, enfermaron la esposa y la madre del presidente, la vicepresidenta primera, la ministra de Administración Públicas, la ministra de Igualdad. Imagínate. Debió enfermar muchísima gente esa vez.

La mayoría de los decesos son de personas mayores, ¿no es cierto?

Es un patrón en la mayor parte del mundo. La gente que fallece está, en su mayoría, por encima de los 80 años. Otro dato importante: en torno al 60% y 70% son hombres. No soy experto en salud, pero leía un artículo del New York Times que explicaba que la mujer es más resistente que el hombre frente a la muerte. Sin embargo, no es solo un tema de muerte, sino de gente que se contagia, que no va a morir…

Pero que congestiona el sistema de salud.

Exacto. El colapso de los hospitales impacta en la gente mayor que no encuentra cupos para ellos o no encuentra recursos. Por ejemplo, si hay limitación de respiraderos, los médicos pueden decidir ponérselo a alguien con mayores posibilidades de supervivencia. Es una situación complicada.

¿Cómo enfrentan los españoles la cuarentena?

El carácter español es en general bastante festivo, pero creo que la cuarentena se está llevando bien. Es raro, claro, y cada quien la enfrenta a su manera. El problema es cuando los mayores se nos empiezan a morir, cuando se nos va el abuelo, tu padre. No es solo que se te muera la gente que tienes alrededor, sino que no puedas acompañarlos en sus últimos momentos. Ese es uno de los grandes dramas del coronavirus, que la gente se está muriendo sola para evitar mayores contagios. No es que tu padre se esté yendo y tú estés al lado de su cama cogiéndole la mano. Esa empatía personal no se ve con el coronavirus y hay escenas dramáticas de gente solitaria.

No va a haber ingresos por turismo.

Claro. La gente no va a tener dinero para viajar. Y los que pudieran, ¿vendrían al segundo país con más muertes del mundo? Ese es el otro drama. Vamos a ver cómo se sale de esto, si funciona la política del gobierno de insuflar dinero a la economía, si la Unión Europea de verdad es solidaria y apoya a países como España o Italia, afectados por circunstancias ajenas a ellos. Que haya coronavirus no es culpa de nadie.

Los periódicos son un bien esencial para la sociedad

El teletrabajo hace trabajar más, creo, ¿no?

Efectivamente, pierdes el sentido del tiempo. El esfuerzo de la redacción es gigantesco por servir a la comunidad y dar periodismo de servicio. El 60% o 70% de nuestro contenido es sobre el coronavirus y el peso de la cobertura la tienen las secciones de sociedad, economía y nacional. El peso fuerte lo llevan los asuntos de sanidad, ciencia, el lado humano. Históricamente son temas muy importantes para nosotros.

¿Crees que cambiarán las costumbres de los consumidores de medios luego de esto?

Cuando pase todo, veremos dónde estamos, si los lectores volverán a sus costumbres habituales o todo cambiará. Da un poco de miedo lo que se pueda generar, sin embargo, los periódicos lo están demostrando, son un bien esencial para la sociedad, ayudando a que la gente diferencie de una manera más clara entre información contrastada y desinformación. En estos días se ven estudios según los cuales los medios tradicionales, o fiables si quieres, están saliendo reforzados desde el punto de vista de la percepción.

A pesar de que lo económico golpee duro.

Esa es otra historia. Esperemos que el daño sea el menor posible.

¿Cómo enfrenta el periodismo este momento allá?

Pues es paradójico lo que pasa. Es un momento en el que nunca tuvimos tanta audiencia. En El País hemos batido con mucha diferencia todos los récords históricos en internet, a nivel nacional y global, con números que son una locura. En marzo hemos pasado los mil millones de páginas vistas. Es descomunal. Por eso te decía, sabemos en dónde está nuestra audiencia en estos momentos. La paradoja es que tenemos más lectores que nunca y estamos sufriendo económicamente más que nunca. En las semanas que llevamos de crisis el desplome publicitario es…

Imagino que terrible.

Enorme, es enorme, estamos siendo golpeados fortísimo. La venta de periódicos también se está desplomando. Solo hay que pensar que los principales afectados por el coronavirus son los mayores, que son a la vez los principales compradores de papel. Esa gente no sale a la calle porque tiene miedo, y no solo es que tenga miedo sino que las recomendaciones de la sanidad es que no se debe salir. Los quioscos se mantienen abiertos, aunque la realidad es que no se compran los diarios.

Igual, el trabajo periodístico es más intenso que nunca.

Efectivamente. De un lado está lo económico, del otro el factor del servicio. Hemos reorganizado toda la redacción. Desde hace tres semanas empezamos a mandar a todos a sus casas y desde hace unos diez días la redacción se quedó totalmente vacía. Independientemente del terrible momento económico, la gente trabaja y se emplea a fondo.

Es que es en circunstancias como estas en las que la gente busca más información.

Así es, o ves Netflix o buscas información de calidad. Esa es otra paradoja, la gente está aislada pero, al mismo tiempo, hiperconectada.

Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).