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Dafne Castañeda: “Otros productores me decían que no había lógica en lo que componía”

La cantautora habló sobre Posguerra, su último álbum que fue destacado como uno de los mejores lanzamientos musicales del 2020 por medios locales y extranjeros.

A finales de 2020, Dafne Castañeda presentó el EP Posguerra a través de un sello local. Foto: Difusión
A finales de 2020, Dafne Castañeda presentó el EP Posguerra a través de un sello local. Foto: Difusión

Dafne Castañeda es una joven cantautora limeña. Su primera experiencia en la música fue con su banda de punk melódico Fábula. Durante su estadía con la agrupación, la cantante ganó popularidad dentro del circuito musical independiente.

Años después, luego de la disolución de su banda, Castañeda volvió a publicar música, pero como solista. Su primer lanzamiento en solitario fue el EP Una banda que no se formó (2017). En esta producción, a comparación del punk que solía ejecutar, predominan las guitarras acústicas y letras introspectivas.

En abril de 2020, Dafne liberó “Si alguien pregunta”, un tema con influencias electrónicas y música latinoamericana. La canción fue un adelanto de su segundo álbum Posguerra, que en un inicio estaba programado para agosto; sin embargo, la pandemia de la COVID-19 aplazó los planes.

En diciembre del mismo año, y poco antes de que se publiquen rankings musicales, la cantautora presentó Posguerra, producción que confirmó la experimentación sonora que inició con “Si alguien pregunta”.

Conversamos con Dafne Castañeda sobre su carrera, su pasado en el punk, las mujeres en la música, su más reciente EP y cómo considera que el éxito de esta producción no radica solo en su trabajo, sino también en la labor de sus productores Daniel Quiñones y Mynezza Morales.

- Antes de incursionar como solista, formaste parte de Fábula, cuéntanos sobre esta etapa tuya en esta banda

Fábula ha sido mi banda, ahora está disuelta. Entré a los 18 años sin saber mucho sobre la música, fue una banda de garage. Siempre digo que es la etapa más divertida porque ha sido como una escuela para mí. Tocar en distintos lugares, en cualquier escenario ha sido una experiencia enriquecedora. También pude ver la informalidad que existe dentro de la música, en la escena independiente. Musicalmente, en Fábula también componía y hacía melodías.

- ¿Fuiste víctima de algún tipo de discriminación por tu género durante tu tiempo en Fábula?

No recuerdo haber visto algo violento o agresivo hacia mi persona. Lo que sí he visto, no sé si sea algo violento o tal vez un tipo de discriminación, es que han ‘puesto a prueba’ lo que hago. Me han dicho ‘¿sabes tocar en quintas? a ver, a ver, hazlo o ¿cuál es LA menor?’. Te quedas sorprendido y lo haces. Cuestionaron mi habilidad. En ese tiempo no tenía mucha consciencia.

- ¿Rescatas algún rasgo o característica del punk en tu etapa actual?

La actitud. Mi vida se basa en esa actitud. He tenido que acomodar mi vida para que se logre Posguerra o para seguir haciendo música. Daniel hizo un comentario en el que decía que ‘el disco estaba avanzando por ser meramente artístico y eso acá es revolucionario’. Entonces sí, hay mucho de esa influencia de la actitud punk, es como un estilo de vida. El último track del disco, ‘Contra el viento’, define muy bien este proceso. Para mí, el punk siempre va a ser la actitud. Más adelante, me gustaría fusionar este género con otros.

- ¿Cómo se da la transición del punk melódico de Fábula al folk que ejecutas actualmente?

Cuando termina Fábula, me quedo en la nada. Pero siempre he estado tocando con guitarra y me invitaron a muchos acústicos. Participé en una movida de cantautores por el 2010-2014. Luego que se acaba la banda, viaje a Pichanaqui y ahí cambia un poco la visión que tenía con la música. Yo quería continuar con una banda de rock, pero formar una agrupación se me hizo muy tedioso. Siempre he pensado que debe haber química entre las personas y yo no soy una chica que sea tan sociable. Sin embargo, he estado constantemente componiendo, tengo unas canciones guardadas y otras que voy alimentando. Luego de estar en Pichanaqui, regreso a Lima con la visión de ser solista. Ahí, en 2017, lancé un EP que se llama Una banda que no se formó, justamente por el ideal de crear una agrupación. En bien lo-fi e incluso pareciera que le falta instrumentos y esa era la visión que tenía: que sea minimalista e íntimo.

- Posguerra no es tu primer lanzamiento, en 2017 publicaste el EP “Una banda que no se formó”, este cuenta con un sonido más acústico. En cambio, Posguerra cuenta con múltiples capas que dan la idea de que cuentas con una banda detrás, pero sigues siendo solo tú

Posguerra marca eso, un inicio. Una banda que no se formó era mi conflicto interno con la música y qué hacer con esta. Por eso, siento que hay bastante sinceridad en las letras. Conocí a Daniel en el proceso de venir a Lima e hicimos un tema que se llama “Fly”. Luego de ese tema, decidí hacer el disco con DQ, con Daniel y Mynezza. Sentí que ellos entendían las ideas que tenía en mente, porque se me hacía complicado explicarlas a amigos y otros productores.

Aún no me acostumbro a ser solista, siempre he preferido ser alguien de banda, creo que por la misma atención que cae sobre uno. Con Posguerra hay tantos comentarios. A veces tengo esta expresión de ‘que raro’ porque una banda que no se formó fue perfil bajo. Me pone contenta que se haya logrado algo interesante con las ideas que tenía y con la creatividad de Daniel y Mynezza.

- ¿Cuánto influyó la producción de DQ en Posguerra?

Bastante. Llevé en total 10 canciones a DQ. Otros productores me decían que no había lógica en lo que componía. Decían ‘esto es muy personal’, ‘acá no hay un coro’ o ‘acá falta esto’. Eso me hizo pensar que lo que componía estaba mal. Pero con DQ fue distinto, ellos entendieron el camino que tracé en la canción. Un ejemplo es si alguien pregunta, el primer single que sacamos.

En esta pregunta, Daniel, que se encargó de la dirección general, mezcla y masterización de Posguerra, indicó que ‘fue un encuentro muy interesante’. ‘Buscábamos un artista como Dafne y ella buscaba productores como nosotros. Nuestra visión fue más allá de lo que quiere el mercado, de todas maneras estuvimos atentos de lo que pasaba acá en Perú, pero la idea era hacer música, de una manera idealista, creíamos que podía funcionar’, añadió.

Asimismo, Mynezza sostuvo que ‘hubo demasiado riesgo en hacer algunas combinaciones de géneros, pero creo que al final se entendió el mensaje que Dafne quería transmitir’.

Al hablar de una industria de la música, surgió la pregunta de si la labor de un productor musical debe ser que la canción sea ‘vendible’ o preservar la intención del artista. Daniel confirmó que en DQ ‘igual pensamos en el mercado’. De igual manera, sostiene que ‘parte de esta propuesta (Posguerra) es entender que hay un mercado de gente en el mundo que a través de rankings, críticas o posts buscan cosas sinceras’. ‘Hay gente que busca cosas como las que hace Dafne’, aseveró.

En tanto, Mynezza reveló que ‘lo interesante’ es que los tres son de diferentes generaciones. ‘Eso nos ha ayudado a tener una visión más clara de que es lo que quiere el mercado. Asimismo, nuestras distintas influencias convergieron’ detalló.

- Hablando sobre el mensaje del artista, las letras de Posguerra tienen un carácter de autoconfesión, incluso una gran parte de las líneas están escritas en primera persona

Sí, son canciones personales, vividas. Es muy curioso. Hay gente que me ha escrito comentándome que si alguien pregunta era lo que necesitaba escuchar. Me agradecen y me cuentan sus experiencias. Es algo muy interesante lo que hace la música, es como ‘estar ahí (para el público) sin estarlo’.

- Al componer ¿piensas en cómo el público se puede identificar con tus letras?

No, las letras que escribo son como dices, confesiones. Lo curioso es que al escribir no tengo mucho ‘roche’, pero en persona no soy de contar mis cosas. Cuando estoy haciendo música es como que no tengo un filtro y parece que me hace una persona más sincera. A veces pienso ‘wao ¿canté esto?’. Recuerdo que cuando mi madre escucho ‘Una banda que no se formó' me dijo que ‘esas canciones son muy tristes’.

- Ahora que mencionas a tu madre, hay una mención a ella en “Contra el viento” (Nunca he sido más real, discúlpame otra vez mamá que yo ya no puedo parar)

Ahí hago una referencia a una canción del EP anterior. Mi familia nunca me ha prohibido cosas, pero ellos no estaban muy seguros de mí. No es que hayan estado tan cerca. Siempre me han visto como ‘mi hija hace esto’, pero no se han involucrado. Siempre he tenido esa sensación de sentirme sola en el camino de la música. Por eso DQ y Catenaria vienen a ser importantes para mí, por eso me gusta la música. Si bien el apoyo de los padres es importante, pero yo siento que ‘ha sido y no ha sido a la vez’. Por ejemplo, los míos nunca han ido a una tocada mía.

- En tu primer EP, defines tu relación con la música como una “cama caliente de invierno de la que nunca quisieras salir”. Tres años después ¿esa definición se mantiene?

Tres días antes de que se publicara Posguerra, escuche el primer EP y dije: ‘Asu, parece que esto lo escribí ayer’. Tengo esta manía de tratar de ser un poco informal, creo que es falta de seriedad, a veces no me pongo muy seria en algunos asuntos. Esa canción ‘Intro’ es un poco eso, es un capricho: me voy quejando de las cosas. Es casi hablada, como trova, y me gusta mucho. Tengo mucha influencia de la trova y la música latinoamericana. Recuerdo haber pasado años escuchando Violeta Parra, Mercedes Sosa, Nina Simone. Escuchando sus canciones y adoptándolas.

- En las listas de fin de año 2020, varios periodistas musicales han catalogado tu álbum de vanguardista ¿qué opinas respecto a esto?

A mí me pone contenta que la gente lo acepte como tal. Los géneros de art pop e hyper pop no son tan producidos acá en Perú y aun así hay gente que lo adoptó como algo que le gusta. Eso me parece curioso. Creo que hay un equilibrio en el disco y en la propuesta.

En este punto de la entrevista, hubo una charla en torno a una reciente declaración hecha por Daniel. El productor apuntó que ‘en Perú, que el arte avance porque es arte es revolucionario’. ‘Es algo que traspasa todas las formas de arte acá en Perú. No hay tanta meritocracia. La gente confunde privilegios con oportunidades’, sostuvo. Quiñones comentó que con Mynezza ‘han buscado la forma de darle vuelta a todo eso, al modo de distribución, de impacto, de contactos. Solo tendremos unas pocas oportunidades de hacerlo. Nuestra meta es inspirar’, finalizó.

Por su parte, Mynezza aseveró que ‘Posguerra ha sido todo un aprendizaje tanto en producción como en distribución’.

- En el circuito musical, además de la poca difusión en medios oficiales y la escasa existencia de espacios, las mujeres deben hacer frente al machismo y discriminación.

Creo que la visión que tiene la gente al ver a una chica en el escenario es que tiene que lucir bien, que tiene que llamar la atención. Yo opino que ese es un tipo de presión para las chicas que son de la escena musical. Cuando estaba en Pichanaqui me decían: ‘¿Qué?¿ tú cantas?’. No creían que alguien como yo lo hiciera.

- Otro problema dentro del circuito musical es la centralización, las miradas se centran en Lima

Mi plan era tratar de hacer música fuera de Lima. Pero no lo pude lograr porque Perú está muy centralizado. Tuve que venir a Lima para hacer Posguerra. Hacerlo fuera de Lima hubiera sido imposible. ¿Qué pasa si alguien quiere hacer un disco en Iquitos o en Pichanaqui? No lo va a poder o tendrá que pasar años para poder encontrar un estudio de calidad y gente preparada.

La centralización respecto a la música es bien fuerte. Yo tomé la decisión de venir a Lima para poder hacer el disco. También es importante evidenciar el trabajo fuera de la capital. También lo es fomentar el desarrollo con respecto a técnicas de producción.

- ¿Por qué la gente debe escuchar a Dafne Castañeda?

Venderme a mí misma es lo que estoy aprendiendo (risas). Me gusta que la gente encuentre el disco: que le aparezca en sugerencias, que lo propongan en un foro, que se lo pasen por links, que se lo descarguen o pirateen. Me voy a sujetar de un comentario que leí en Youtube que dice que Posguerra es ‘algo nuevo, diferente’.

Bachiller en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Autodidacta y straight edge. Le interesan temas de política, sociedad, cultura y periodismo de datos.