Andrea Constand, víctima del cómico Bill Cosby, repasó durante la corte una extensa carta en la que precisó cómo sucedió el abuso sexual y cuáles fueron las consecuencias tras la aterradora situación que le tocó vivir en el 2004. ,Bill Cosby fue sentenciado por la corte norteamericana entre 3 y 10 años en una prisión estatal luego de ser acusado por haber agredido sexualmente a la canadiense Andrea Constand. Tras negársele el pago de una fianza, el actor de 81 años se retiró esposado, custodiado por la policía, con destino a Montgomery, donde cumplirá su condena. Mientras se espera que sus abogados apelen la sentencia que para muchas mujeres es crucial porque es la primera contra una celebridad en la era del #MeToo, se dio a conocer la estremecedora carta de la canadiense Andrea Constand que fue clave para que Bill Cosby termine en prisión. PUEDES VER Bill Cosby condenado de 3 a 10 años por abusar y drogar a una mujer Antes que se dé a conocer la sentencia contra el actor y productor estadounidense, Andrea Constand leyó ante la corte las cinco páginas de su testimonio, donde da detalles de cómo fue la noche de enero de 2004, cuando experimentó el peor momento de su vida en su mansión de Filadelfia en 2004 luego que él le diera unas pastillas que le permitieron abusar sexualmente de ella. Al inicio de su carta, la principal testigo contra Bill Cosby contó cómo fue su vida antes de ser víctima del estadounidense. "Para poder verdaderamente comprender el impacto que generó el asalto sexual en mi vida, deben saber la persona que era antes de que esto ocurriera. Al momento del asalto, tenía 30 años, estaba en forma, era una deportista segura de mí misma. Era fuerte, habilidosa, tenía excelentes reflejos, agilidad y velocidad. Cuando me gradué de la escuela secundaria en Toronto estaba entre las tres mejores jugadoras de basquetbol de Canadá. Decenas de universidades en los Estados Unidos estaban haciendo fila para ofrecerme una beca para jugar baloncesto y yo elegí a la Universidad de Arizona”. “Yo sabía quién era y me gustaba cómo era. Estaba en mi mejor momento, tenía la certeza que el trabajo preliminar que había hecho de mis estudios en conjunto con mi entrenamiento me darían gran estabilidad para enfrentar cualquier reto que podría enfrentar en el futuro”, añadió la ex empleada de la Universidad de Temple. PUEDES VER Bill Cosby: la caída de un endemoniado mito Como se sabe, la canadiense, de 45 años, era entonces la entrenadora de baloncesto del equipo femenino de la Universidad de Temple, donde el actor estudió y de la que él era un importante donante. PEOR NOCHE Andrea Constand aseguró que antes del terrible momento que vivió, ella creyó que era una mujer fuerte y que estaba preparada para todo. “Que equivocada estaba. En realidad, nada me podría haber preparado para esa noche de enero del 2004, cuando la vida que conocía hasta el momento, se detuvo abruptamente. Acababa de presentar mi renuncia en Temple cuando el hombre (Bill) que había llegado a conocer como un mentor y amigo me drogó y asaltó sexualmente. En lugar de poder correr, saltar o hacer cualquier otra cosa física que quería, durante el asalto estaba paralizada y completamente indefensa. No podía mover mis piernas ni brazos. No podía hablar ni mantenerme consciente. Estaba totalmente vulnerable sin poder protegerme”, narró. “Después del asalto, no estaba segura de qué era lo que realmente había pasado pero el dolor lo decía todo. Sentía una vergüenza arrolladora. Las dudas y la confusión hicieron que no pudiera apoyarme en mi familia como normalmente lo hacía. Me sentía completamente sola, sin poder confiar en nadie, ni en mí misma”, añadió. La víctima contó que lo peor es que tuvo que seguir interactuando con el productor de Hollywood. “Cuando me encontraba en la oficina de Temple, tenía la obligación de interactuar con el señor Cosby, quien era uno de los miembros del consejo. El sonido de su voz en el teléfono era como un cuchillo apuñalándome en las tripas. Ver al hombre que me había drogado y asaltado sexualmente ingresar en la oficina de basquetbol me llenaba de temor”. También dio detalles del trauma que sufrió tras haber sido violada y drogada. “Pero el dolor y la angustia se vinieron conmigo (a Canadá). En casa de mis padres, donde me estaba quedando hasta que me instalara, no podía hablar, comer ni socializar. En vez de sentirme menos sola porque estaba de regreso en mi casa con mi familia, me sentía más aislada que nunca. En lugar de mi legendario e insaciable apetito -motivo de broma en mi familia- apenas probaba la comida, pareciéndome cada semana más a un espantapájaros. Siempre era una persona que dormía profundamente pero ahora no podía dormir más de dos o tres horas. Estaba exhausta todo el tiempo”. “Después empezaron las pesadillas. Soñaba que otra mujer estaba siendo asaltaba en frente mío y que eso era todo mi culpa. En el sueño me consumía la culpa y rápidamente empecé a tener esa misma sensación también cuando estaba despierta. Me empecé a poner cada vez más ansiosa pensando que lo que me había sucedido a mí le iba a pasar a otra persona. Estaba aterrorizada pensando que ya era demasiado tarde y que los asaltos sexuales continuaban por haberme quedado callada”. “Bill Cosby se llevó mi espíritu hermoso, sano y joven y lo aplastó. Él se robó mi salud y vitalidad, mi esencia y mi confianza en mí misma y en otros”, esa declaración fue una de las más estremecedoras. Tiempo después se dio cuenta que su asalto sexual “apenas había sido la punta del iceberg”. “Ahora, más de 60 mujeres se han identificado como víctimas de los abusos sexuales de Bill Cosby. Es posible que nunca conozcamos el alcance de su doble vida como un depredador sexual pero el reino de terror que mantuvo durante décadas como un violador serial se ha terminado. Finalmente agradeció a todos los que la apoyaron en este difícil trance.