Efe . Los Cabos, México. Las influyentes potencias del G20 cerraron ayer la sétima cumbre de su historia con un mandato clave para sus socios europeos, a los que instan a hacer todo lo necesario para acabar con la crisis soberana, que amenaza al resto del mundo. El lenguaje de la declaración final de la cumbre, según el borrador al que Efe tuvo acceso, da su apoyo a las reformas que quiere poner en marcha la Unión Europea (UE), como la unión bancaria, pero no deja lugar a dudas con otra tarea titánica que le impone. "En un momento de renovadas tensiones en los mercados, los miembros europeos del G20 tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad del área", afirma, justo cuando los bancos de inversión han especulado con la posibilidad de una ruptura parcial del proyecto del euro. En el comunicado se citan dos medidas concretas que deben abordar los europeos, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y romper el círculo vicioso entre la banca y la deuda soberana de los países. España es un ejemplo de este último problema, con un sector bancario con fuertes necesidades de capital y saneamientos, lo que supone un grave problema para el Estado, que debe rescatar varias entidades, y por tanto también para la cotización del bono español. El lunes, el rendimiento de estos títulos marcó un nuevo máximo de la era del euro por encima del 7%.