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Domingo

Bill Gates y el virus de la desinformación

El cofundador de Microsoft, acusado por la extrema derecha de haber “creado” el nuevo coronavirus, es, por el contrario, uno de los pocos que vio venir la pandemia y que parece tener las claves para vencerla.

Bill Gates
Bill Gates

Demasiada coincidencia.

Eso es lo que parecen creer los grupos antivacunas, los movimientos de extrema derecha y los fanáticos de las teorías de conspiración que acusan a Bill Gates de haber creado el SARSCoV-2 con secretos propósitos, desde ganar dinero vendiendo la vacuna hasta conseguir la dominación mundial.

Demasiada coincidencia, dicen, que en marzo de 2015, cuando “nadie” se imaginaba lo que estaríamos viviendo cinco años después, el segundo hombre más rico del mundo anunciara que la próxima tragedia global no sería una guerra sino una epidemia.

“Si algo mata a millones de personas en las próximas décadas, es más probable que sea un virus muy infeccioso que una guerra”, dijo Gates entonces, en una charla TED en Vancouver. “No estamos listos para la próxima pandemia. Prepararnos para ella debería ser una prioridad absoluta”.

Ese discurso reapareció en las redes sociales hace un par de meses, con la llegada del virus a los Estados Unidos, donde Gates es y ha sido siempre una figura controversial, primero por su ambición como magnate tecnológico en los ochenta y noventa y, después, por su agenda como filántropo y promotor de la salud global.

Hoy, su “presagio” es el mejor pretexto que los movimientos ultraconservadores usan para propagar todo tipo de teorías sobre su persona. Sin embargo, lo que demuestra esa advertencia es que él fue uno de los pocos que vio venir la pandemia y probablemente sea de los que mejor sepan cómo vencerla.

El vuelco de un magnate

Durante casi dos décadas, Gates fue visto como el ambicioso y cuadriculado nerd dueño de la compañía de software más grande del mundo al que solo le importaba ser cada vez más grande.

Dentro y fuera de la comunidad tecnológica, Microsoft –cuyo sistema operativo estaba presente en el 98% de las computadoras del planeta– era vista como una compañía monopólica, que usaba conductas antiéticas para doblegar a la competencia.

Las alegaciones, incluso, llegaron a los tribunales, con el gobierno norteamericano acusándola de prácticas monopólicas. El pleito terminó en 2001 en un acuerdo que desgastó a Gates tanto física como emocionalmente.

Unos años antes, en 1997, el empresario leyó en The New York Times un reportaje que revelaba que 2,900 millones de personas –el 66% de la población del Tercer Mundo– vivían sin un inodoro en sus casas, que sus desechos terminaban en las mismas fuentes de agua de las que bebían y que, debido a esta situación, más de 3 millones de niños morían cada año por diarrea.

En el documental de Netflix Bill Gates. Bajo la lupa está la historia de cómo Gates fue sacudido por esta revelación y cómo se puso sobre los hombros la inmensa tarea de dotar de sanitarios a la mayor cantidad de familias de los países más golpeados por este drama.

En 2008, el magnate dejó Microsoft y, a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, reorientó su vida hacia la creación de ambiciosos proyectos que ayudaran a combatir algunas de las tragedias sanitarias más grandes del planeta, entre ellas la poliomielitis, la tuberculosis y la malaria.

Al tiempo, su fundación se convirtió en el mayor aportante individual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en financista clave de instituciones como el Fondo Global y el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud.

Por eso, en 2015, Gates estaba muy al tanto de los estudios científicos que advertían del incremento cada vez mayor de las enfermedades zoonóticas causadas por virus. Y fue por esta razón que en 2017 impulsó la creación de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Pandemias.

“Tenemos que actuar ya, porque el tiempo corre”, dijo en Vancouver.

Chips y vacunas

Según un artículo de The New York Times, la primera publicación que vincula a Gates con el nuevo coronavirus es un tuit, publicado el 21 de enero, que dice que el cofundador de Microsoft sabía de la pandemia y que, incluso, ya había patentado una vacuna para comercializarla.

El tuit fue escrito por un youtuber vinculado a QAnon, un grupo de promotores de las teorías de conspiración que sostienen que existe un plan para sacar a Donald Trump del poder, orquestado por políticos liberales, actores de Hollywood y diversas figuras públicas. Entre ellas, Gates.

El dato era falso –la patente se relacionaba con una vacuna para otro tipo de coronavirus–, pero eso no impidió que se propagara por las redes de los movimientos antivacunas y otras comunidades de la ultraderecha norteamericana.

Según The New York Times, entre febrero y abril las teorías de conspiración que vinculaban a Gates y el coronavirus se mencionaron 1.2 millones de veces en las redes sociales y en programas de televisión.

Una de las teorías que surgió fue que Gates estaba impulsando la idea de usar las vacunas contra el virus para implantar “certificados digitales”, que no serían otra cosa que chips para vigilar a la población y controlar sus movimientos.

Los ataques se han incrementado cada vez que el empresario criticaba públicamente a Trump por, entre otras razones, su manejo de la respuesta a la pandemia o su anuncio de retirar los fondos que aporta Washington a la OMS.

La última noticia fue el supuesto hackeo de cuentas de correo electrónico de la OMS y de la Fundación Bill y Melinda Gates que supuestamente demostrarían que el virus fue creado en un laboratorio.

Gates no ha comentado públicamente estas teorías. Su atención ha estado puesta en encontrar alternativas de respuesta a la pandemia. Por lo pronto, ha anunciado que destinará 250 millones de dólares a la construcción de fábricas para los siete proyectos de vacuna con más chances de éxito.

“Espero que para la segunda mitad de 2021, las instalaciones de todo el mundo fabriquen una vacuna. Si ese es el caso, será un logro histórico: la más rápida humanidad habrá pasado de reconocer una nueva enfermedad a inmunizarse contra ella”, escribió en un artículo en The Economist del 23 de abril.

En el texto, dijo esperar que de la pandemia surjan otros dos grandes avances médicos: la producción de pruebas de diagnóstico de virus sencillas y baratas y la producción rápida y efectiva de medicamentos antivirales para virus nuevos.

Gates dijo que vendrán otras pandemias. Y que, gracias a la actual, estaremos mejor preparados. Él confía en que los líderes mundiales sacarán grandes lecciones de esta tragedia –como ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial– y prepararán instituciones para prevenir la próxima.

“Esto nos mantendrá listos para la próxima vez que un virus nuevo salte de murciélagos o pájaros a humanos”.

Reportero. Comunicador social por la UNMSM. Especializado en conservación, cambio climático y desarrollo sostenible. Antes en IDL Reporteros y Perú.21. Premio Periodismo Sustentable 2016. Premio Especial Cáritas del Perú. Finalista del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2011.