Guaidó contra Maduro¿Qué importancia tienen potencias como Estados unidos y Rusia en la crisis de Venezuela?,A mitad de semana, buena parte del mundo pareció dividirse en dos mitades: Estados Unidos legitimando a Juan Guaidó, como el presidente encargado de Venezuela, y Rusia reconociendo la soberanía de Nicolás Maduro. A partir de allí, de las férreas posiciones de los dos titanes, las demás naciones se fueron alineando en dos grandes bloques. Mientras unos denunciaron un Golpe de Estado, desde el otro bando celebraron lo más cercano a la libertad para un pueblo que en los últimos años ha experimentado un éxodo histórico. Mientras algunos criticaron con dureza el intervencionismo yanqui, otros se permitieron una tregua ideológica. Mientras Estados Unidos ha garantizado que las transacciones comerciales de Venezuela beneficiarán al presidente interino Guaidó, desde Moscú han anunciado que protegerán sus intereses económicos en Venezuela advirtiendo que las injerencias extranjeras podrían generar un baño de sangre. Hora de sentar posición en un momento crucial y espinoso. Hora de replantear nuestras convicciones. De momento, le cedemos la palabra a los analistas (R.G).  La poca lucidez de la izquierda José Koechlin, sociólogo Con la globalización ya no solo son los actores internos quienes se disputan el poder. Evidentemente hay intereses económicos, pero la idea central es que el poder es un lugar de disputa, y a partir de ellas pueden desatarse guerras. ¿Qué importancia puede tener un país como Venezuela que militar, económica y políticamente es irrelevante? ¿A qué juega Rusia apoyando un régimen que ellos no tolerarían en su país? Estados Unidos ha reaccionado, además del petróleo, porque no está interesado en que aparezca una nueva ola de izquierda en América Latina. Lo del presidente encargado, Guaidó, es una cosa simbólica. Por supuesto de mucha importancia. Habla de cierta debilidad del régimen de Maduro. Los venezolanos no solo migran por cuestiones económicas o falta de medicamentos sino por un desmantelamiento de todas las condiciones que deberían garantizar las libertades más elementales. Es un mensaje en el cual parece ser que el gobierno bolivariano no tiene ya el manejo absoluto. Históricamente Estados Unidos ha intervenido de varias formas en diversos países. Eso no es novedad. Pero la lucidez que tiene la izquierda para señalar eso también debe tenerla para reconocer que el venezolano es un régimen inmoral que no respeta la dignidad de las personas. ¿Se avecina el ocaso chavista? En América Latina nunca se sabe. Quizá esa sea la característica de la política latinoamericana. Pero si tantos países han respaldado a Guaidó es porque saben que hay que ajustar ahora. Porque puede ser el principio del fin.  Potencias secundarias Francisco Belaunde, internacionalista Lo que hay que decir ante todo es que el rol de las potencias, y en general de la presión externa, si bien tienen un papel que puede ser más o menos importante en la evolución de la crisis venezolana, de todos modos son secundarios respecto del juego de las fuerzas internas. La actitud de Estados Unidos bajo la presidencia de Trump obedece a mi juicio a razones de orden ideológico y de la propia política interna norteamericana por el activismo de políticos republicanos, más incluso que a motivaciones económicas. Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial de petróleo y ya exporta, por lo que no tiene una necesidad imperiosa de la producción venezolana aunque todavía importe una parte no significativa. China suele hacer negocios con países “apestados” o en “cuarentena”, con una visión de largo plazo. Rusia busca recuperar el estatus de superpotencia de la ex Unión Soviética, por lo que quiere poner un pie en todos los continentes. Además, vende masivamente armas al régimen y quiere instalar su industria petrolera en los campos venezolanos. Naturalmente, además, le es satisfactorio operar en el llamado “patio trasero” de Estados Unidos. Ni China ni Rusia harán nada en caso de una invasión de Estados Unidos, por lo demás, poco probable en estos momentos.  ¿Venezuela, la Siria de Sudamérica? Ramiro Escobar, internacionalista Desde hace años, Rusia está en la lógica de reposicionarse a nivel global, de tener una fuerza similar a la que tenía cuando existía la Unión Soviética, de disputarle algunos espacios a Estados Unidos y, por supuesto, de hacer negocios con Venezuela. En una coyuntura como esta ha sido esperable el apoyo de Putin a Maduro. En cuanto a Estados Unidos, como se sabe, ha seguido comprando petróleo a Venezuela a pesar de las turbulencias. Mientras estuvo el chavismo en el poder, todos los presidentes de Estados Unidos mantuvieron relaciones tensas pero nunca las rompieron, porque más o menos el 7% del petróleo que compra Estados Unidos proviene de Venezuela. Ahora parece que eso se ha quebrado, porque Trump se ha decidido a acabar con el gobierno de Maduro, lo que también va en la lógica de hacer lo que Obama no pudo. Por ejemplo, bombardear Siria. Al final la influencia de estas dos potencias provoca una situación que puede terminar pareciéndose a lo de Siria a pesar de que el desastre social venezolano no es de la misma magnitud. Pero puede producirse un entrampamiento en la medida que ni Putin ni Trump darán su brazo a torcer. Podría darse que Maduro siga flotando en el poder y exista un presidente interino como Guaidó. Los dos tendrían un reconocimiento parcial. Sea como fuere, la capacidad de resistencia de Maduro, lo que le da oxígeno para mantenerse en el poder es, en gran medida, el apoyo de Rusia.