Ciencia

Decapitación, penes desmontables y más: las 6 extrañas costumbres de los insectos durante el sexo

Al observar a los insectos durante el apareamiento, nos podemos llevar grandes sorpresas. Entre ellas, espermas que superan 20 veces en tamaño al cuerpo del emisor y cinturones de castidad implantados.

Una pareja de libélulas y una de mantis religiosas durante la copulación. Foto: composiciónLR/Gerson Cardoso/Oliver Koemmerling /Gonzalo Astete
Una pareja de libélulas y una de mantis religiosas durante la copulación. Foto: composiciónLR/Gerson Cardoso/Oliver Koemmerling /Gonzalo Astete

El mundo de los insectos es fascinante. Estos animales invertebrados, del filo de los artrópodos, se caracterizan por sus comportamientos peculiares durante el apareamiento. Si los observamos detenidamente en pleno acto de cópula, pueden ser impredecibles. Inclusive lo que se consideraría un capítulo amoroso también terminaría en tragedia dependiendo de la especie.

La mantis religiosa hembra, por solo mencionar un caso, le arranca la cabeza al macho para obtener nutrientes que le sirven a ella y a su descendencia. Un artículo publicado por Louise Gentil, profesora de Conservación de Vida Silvestre, en The Conversation brinda más luces sobre ciertos insectos que han capturado su atención.

Las extrañas costumbres de los insectos durante el sexo

En el curioso mundo de los insectos, la reproducción va mucho más allá de lo convencional. Desde penes ornamentados hasta 'estrategias' de apareamiento intrigantemente complejas, estos diminutos seres exhiben comportamientos sexuales que desafían nuestras expectativas. Ahora verás que hacer énfasis en la palabra "estrategia" no se trata para nada de una exageración.

Algunos insectos, como el escarabajo ciervo europeo, despliegan mandíbulas gigantescas conocidas como cuernos para separar a las parejas de apareamiento, mientras que otros, como el escarabajo rinoceronte japonés, utilizan cuernos en feroz combate por el acceso a la copulación. Los pequeños escarabajos peloteros, a raíz de su tamaño, han desarrollado tácticas interesantes: esperan que los más grandes se distraigan peleando y se atreven a cavar túneles hasta encontrar a un ejemplar para el sexo.

Dos escarabajos ciervo luchando en época reproductiva. Foto: E. R. Vicol

Dos escarabajos ciervo luchando en época reproductiva. Foto: E. R. Vicol

Espermas gigantes y apareamientos de 70 horas en los insectos

La competencia de virilidades es feroz en el reino de los insectos. Algunos machos de la mosca de fruta producen espermas que son hasta 20 veces más grandes que su propio cuerpo, mientras que las libélulas y los caballitos del diablo han evolucionado sus penes. Sus órganos reproductivos de estos últimos animales se han convertido en ganchos y látigos para desalojar el esperma de competidores y asegurar su descendencia.

A la izquierda, un cadáver de la mosca de la fruta y su tracto reproductor. Foto: Nature (2016)

A la izquierda, un cadáver de la mosca de la fruta y su tracto reproductor. Foto: Nature (2016)

Las libélulas pueden volar juntas en esta posición hasta que la hembra doble su abdomen para copular. Foto: David Álvarez

Las libélulas pueden volar juntas en esta posición hasta que la hembra doble su abdomen para copular. Foto: David Álvarez

Las hembras no se quedan atrás en la evolución sexual. "Los insectos de las cavernas de Brasil poseen órganos sexuales invertidos que les permiten competir por el acceso a los machos. Los insectos tienen genitales de sexo invertido; los machos tienen una abertura y las hembras tienen un órgano eréctil puntiagudo. La hembra usa su pene para succionar el esperma del macho, e incluso puede decidir en cuál de las dos cámaras de su cuerpo almacenar el esperma", escribe Gentil en su artículo. Además, señala que el apareamiento puede durar 70 horas.

El canibalismo sexual en las mantis religiosas y el 'cinturón de castidad' de la araña enana europea

En un giro más sombrío, algunas especies, como la mantis religiosa, practican el canibalismo sexual: la hembra consume al macho después o durante la cópula. Este comportamiento, aunque brutal, puede aumentar la fertilización de los óvulos de la hembra. Según Louise Gentil, se ha descubierto que los machos también agreden a las hembras, pero no las matan. Con este mecanismo de defensa, las probabilidades de reproducirse crecían.

La mantis religiosa hembra suele cortarle la cabeza al macho en una lucha violenta. Foto: difusión

La mantis religiosa hembra suele cortarle la cabeza al macho en una lucha violenta. Foto: difusión

Otro comportamiento natural de los insectos es asegurarse de que las hembras no busquen un nuevo amor. Los ejemplares macho de la araña enana europea utilizan una estrategia eficaz para ese fin: producen un tapón en el órgano reproductivo femenino, líquido que se vuelve rígido con el tiempo. De este modo, los arácnidos crean un 'cinturón de castidad' con el único objetivo que la hembra no se aparee con un insecto diferente tras la muerte del padre.

En el caso de la araña de tela de orbe, el tapón copulatorio se adhiere a niveles extremos. Este ejemplar deja un pene desmontable dentro de la hembra; entonces, otros machos no podrán tener sexo con ella hasta que el falo transfiera todo el esperma restante a lo largo de 20 minutos.

En resumen, mientras que los insectos pueden ser pequeños en tamaño, su vida sexual es todo menos aburrida, ofreciendo continuamente nuevas perspectivas sobre la evolución y la adaptación en el mundo natural.