La delincuencia también afecta la economía de San Juan de Lurigancho. Un empresario de la localidad cerró su negocio ante los constantes ataques extorsivos contra su taller de confección textil. El emprendedor tomó la radical decisión luego de ser víctima de un tercer atentado en poco más de una semana.
Como se recuerda, San Juan de Lurigancho se encuentra en estado de emergencia desde el pasado 20 de septiembre debido a los altos índices de criminalidad. Sin embargo, el trabajo de la Policía Nacional del Perú (PNP) y el de las Fuerzas Armadas no pueden detener la delincuencia que abate a los vecinos del distrito más poblado del país.
Cámaras de seguridad del establecimiento textil, ubicado en la urbanización Marañón, registraron el primer atentado extorsivo. El hecho ocurrió en la noche del 24 de noviembre. En las imágenes, se ven cómo dos sujetos llegan a bordo de una moto y se estacionan. De inmediato, uno de ellos deja un mensaje debajo de la puerta para luego disparar contra el portón y las ventanas.
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El segundo ataque sucedió el 30 de noviembre: uno de los extorsionadores deja otro mensaje en la puerta del local; además, realiza disparos al aire y huye en una moto. El tercero ocurrió en la madrugada del 3 de diciembre. En aquella ocasión, el delincuente baja del vehículo para disparar directamente contra el portón del local. Las cartas dejadas en el taller fueron firmadas por sujetos que pertenecerían a la organización criminal La Batería del Loco Aroni.
El empresario decidió cerrar su negocio por temor a que los ataques extorsivos afecten a miembros de su familia. "Soy honesto, presto servicio de confección, ni siquiera es un negocio preponderante", expresó a América TV.
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Ante esta crítica situación, exhorta más apoyo de la Policía Nacional. Además, indica que ya no contratará nuevo personal. "Le pediría a las autoridades, mayores estrategias de inteligencia. No siento que haya estrategia. El Ejecutivo no está haciendo bien su trabajo respecto a las extorsiones", comentó.