Con información de Almendra Ruesta/ La República
Rosa Gutiérrez, ministra de Salud, intentó defenderse de los cuestionamientos sobre la respuesta sanitaria del Gobierno ante el incremento exponencial de casos de dengue en diferentes regiones del país. Desde la región Piura, donde realizó una visita de trabajo, aseguró que le exigen resultados en pocos meses cuando las autoridades de las anteriores gestiones se “dieron el lujo de devolver S/370 millones", a pesar de que el primer nivel de atención está abandonado, lo que perjudica a la ciudadanía.
Si bien este lunes 22 de mayo, Rosa Gutiérrez llegó a Piura para la presentación del hospital de contingencia, en la sede de la Videnita, para atender a los infectados por dengue, la funcionaria aprovechó la oportunidad para responderle a quienes la critican en el manejo de estrategias ante el aumento exponencial de casos.
“El dengue no es de ahora, es un problema de salud pública. Exigen a la ministra tener resultados en tres, cuatro o cinco meses de gestión. Estoy al frente, pero este es el resultado de aquellos gestores que no han previsto acciones, que no se organizaron técnicamente, que llamaron a sus amigotes y ahí están los resultados", sentenció Gutiérrez.
“El primer nivel de salud está abandonado en infraestructura; sin embargo, se han dado el lujo de devolver S/370 millones. Falta equipamiento, falta insumos y sin ninguna programación de medicamentos”, expresó ante los medios de comunicación.
No fue todo lo que dijo Rosa Gutiérrez, pues señaló que espera que ningún decano de algún colegio profesional esté en proceso de campaña para desinformar a la población.
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Además de lo anterior, manifestó que hay regiones que reportan descensos de casos de dengue, incluso hay localidades que han llegado a la mesa y solo algunas tienen incremento de casos. Sin embargo, no precisó los fundamentos epidemiológicos de sus declaraciones.
La titular del Minsa tampoco respondió sobre las carencias que atraviesa el centro de salud de la localidad de Catacos, donde los pacientes son atendidos en los pasadizos y los médicos improvisan puertos sueros.