Solo faltan 20 días para que en el Perú sea obligatorio que los mayores de 18 años que deseen ingresar a espacios cerrados deban presentar el carné de vacunación, físico o digital, con el registro de las dos primeras dosis contra la COVID-19.
Sin embargo, este viernes, tal como lo reveló Salud con Lupa, a medida que se aproxima la entrada en vigencia de esa medida, crece también el número de ciudadanos antivacunas que, lejos de acudir a algún vacunatorio, recurren a lugares como el jirón Azángaro, en el Cercado de Lima, para falsificar este documento con la ayuda de ‘tramitadores’.
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De acuerdo al informe del mencionado medio, este ilícito negocio con el que se intenta burlar el sistema de salud se realiza a pocos metros de la Corte Superior de Justicia de Lima, de la Comisaría Cotabambas y del Palacio de Justicia; es decir, ante los ojos de las autoridades.
Según se describió, la forma en cómo operan, tras captar a la persona que busca falsificar el carné de vacunación, consiste en que estos ‘tramitadores’ ofrecen al paso diferentes tipos de documentos, entre ellos se encuentran los carnés, los cuales demoran media hora en entregarse.
Los precios varían entre los 80 y 600 soles, dependiendo de si se trata de un carné físico, virtual o de un certificado digital.
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El reportaje narraba cómo una mujer ejecutaba esta ilegal gestión y, tras entregar su nombre completo, número de documento de identidad y edad, recibió 30 minutos después una cartulina en la que, además de los datos de dosis que nunca se inoculó, también figuraban las firmas y sellos atribuidos a enfermeros.
Tras una verificación, Salud con Lupa comprobó que los nombres que figuraban como personal de salud eran auténticos. Así, en diálogo con ese medio, una de ellas respondió desconocer cómo sus datos figuraban en ese supuesto carné y aseguró que no era su sello ni fu firma.