Esta semana, los escolares de los colegios públicos del país comenzaron sus clases a distancia con problemas de conectividad y con planteamientos de exministros de Educación de retornar a las aulas, poco a poco, según el avance del Covid-19.
Luego de que más de 10 mil escuelas estatales no accedieran a la estrategia Aprendo en casa en el 2020, para este año se ha planteado que el primer mes los colegios trabajen de forma remota; pero si el contexto epidemiológico lo permite, se habilite el retorno a clases con algún grado de presencialidad. Esto, también, dependerá de las condiciones de bioseguridad y del acuerdo entre las familias y la comunidad educativa, como ya lo había adelantado este diario.
Hasta el lunes pasado, el 22% de escuelas tenía las condiciones para habilitar la presencialidad en zonas rurales, según el Ministerio de Educación (Minedu). No obstante, recién el 31 de marzo vencerá el plazo para que se activen los protocolos y se defina la apertura de los colegios que, hasta ese momento, cumplan con los requisitos.
La habilitación de colegios para la prestación de servicios con algún grado de presencialidad se llevará a cabo en tres etapas, según el cumplimiento de exigencias territoriales y epidemiológicas. Así, de manera gradual, la potencial apertura empezará en aquellas ubicadas en los distritos más rurales y con menor movilidad estudiantil; es decir, cuya mayoría de alumnos no se traslade desde otro lugar. Luego se sumarán las de mayor movilidad y, finalmente, las de distritos urbanos.
Así lo plantea la Resolución Ministerial 121-2021, publicada hace una semana por el Minedu, que da las orientaciones para el servicio escolar del 2021 en el marco de la emergencia.
Según esta última, los colegios, de acuerdo a su gestión, tamaño y población, determinarán si requieren priorizar a grupos de alumnos en el retorno presencial o semipresencial. Así, plantea el Minedu, se debe priorizar a estudiantes de 3, 4 y 5 años de inicial, de primero, segundo y sexto grado de primaria, y a los de quinto de secundaria, ya que fueron los que menos oportunidades tuvieron de desarrollar competencias. También a los de cuarto grado de ciclo avanzado de la Educación Básica Alternativa, y a aquellos que han tenido limitado acceso a radio, televisión o internet.
Dentro de los planteamientos para este año, también está la apertura de la semipresencialidad en Educación Básica Especial (EBE) en zonas que no sean de riesgo extremo y la atención domiciliaria para aquellos con dificultades en el traslado.
Ahora bien, todo ello dependerá de que las escuelas cumplan con las condiciones de contexto, como las tasas de mortalidad y de casos en el distrito, camas hospitalarias (menos del 80% de ocupación), y que la provincia no sea de riesgo extremo, ni esté en cuarentena.
A su cumplimiento, se deberán sumar las condiciones de bioseguridad (ver infografía).
Para el Sindicato Unitario por la Educación en el Perú (Sutep), no existen condiciones para el retorno a la semipresencialidad, ni siquiera en las zonas rurales. Para ello, toma en cuenta, por ejemplo, que solo el 13,8% de colegios públicos en estas áreas tienen acceso a los tres servicios básicos, según informes del Instituto Peruano de Economía (IPE), con base en el censo educativo 2019. “Plantean su retorno por un tema de ahorro. No se ha invertido en conectividad. Se habla de recursos para la compra de mascarillas, lavamanos, ¿pero eso habrá llegado a esas zonas?”, concluye el secretario general Lucio Castro.
Él pide que se sensibilice a docentes y padres. Un aspecto imprevisto son las lluvias que hoy vienen afectando las escuelas del norte del país.
Hace un mes, el Gobierno dijo que los maestros serán incorporados a la fase 2 de vacunación. Sin embargo, esto aún no se ha hecho oficial.
Mañana habrá un pleno educativo en el Congreso. No se ha incluido la Ley de Moratoria.
Para el exministro de Educación Daniel Alfaro, urge retornar a la semipresencialidad porque tiene un mayor impacto en los aprendizajes, los cuales han sido afectados desde el 2017 por el fenómeno de El Niño y las huelgas. También por los evidentes problemas de conectividad; así como por la afectación al estado socioemocional de los adolescentes. “El 40% de países ya regresó a la presencialidad”, dice.
Considera que debe priorizarse a inicial y quinto de secundaria.
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