Desde hace unos días, los limeños despiertan con un cielo diferente, uno alegre, que es azul y llena de color este ambiente de incertidumbre que se vive por el Covid-19.
La reducción de la contaminación ambiental por smog es notable. Y del ruido también. Esta es una noticia alentadora entre tantas negativas. Así lo han destacado el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) y el Ministerio del Ambiente (Minam), los cuales precisan que la calidad del aire ha mejorado considerablemente a diferencia de los últimos tres años. Esto se debe sobre todo a que el aislamiento obligatorio ha originado que las actividades relacionadas con el transporte y las industrias (las más contaminantes) se reduzcan.
Hasta el miércoles 25 de marzo último, el Senamhi informó que la reducción de los contaminantes del aire, como el PM 2,5 (material particulado fino en el aire) en Lima, fue de 72%, 29% y 35%, con respecto a los valores históricos para las estaciones San Juan de Lurigancho, Campo de Marte y Villa María del Triunfo, respectivamente, lo cual se atribuye a la prohibición del uso de vehículos.
No obstante, no hay que bajar la guardia. El fin de semana, la contaminación del aire empezó a crecer ligeramente. Esto coincide con el incumplimiento del aislamiento en algunos distritos de Lima y regiones. Otro hecho que ha llenado de esperanza es la presencia de diversas aves silvestres en la playa Agua Dulce, que hoy luce sin bañistas. “Los pajaritos que antes no se oían, hoy te despiertan. En algunas zonas del mar, como no hay una actividad pesquera habitual, tienen abundancia de peces. Lo mismo pasa en las zonas altoandinas donde hay carreteras y la fauna ha empezado a salir porque no ven vehículos”, dice la titular del Minam, Fabiola Muñoz.
Ella vuelve a la contaminación del aire y la vincula con las enfermedades de la población. “El aire sucio tiene una relación directa con los males. La mala calidad del aire repercute en la salud, hay más gente con problemas respiratorios”, señala. Por eso se busca reducir las emisiones de gas invernadero.
Para Fabiola Muñoz, el cambio climático puede ser peor que el coronavirus. “La diferencia fundamental es que a la gente le ha impactado mucho el coronavirus y a los gobiernos, las muertes, que son una cuestión inmediata”, afirma, Pero, según ella, el cambio climático tiene consecuencias a largo plazo porque al ocurrir sequías, incendios forestales y fuertes lluvias, también hay problemas. “Imaginemos que esto lo vivimos con una sequía tremenda. Si eso pasa, ¿cómo se producirían los alimentos?, ¿cómo abastecerías a las ciudades? Sin alimentos, las personas tendrían sus defensas bajas y se podrían contagiar”, explica.
Finalmente, la ministra señala que estos momentos son importantes para las decisiones futuras en torno a la mejora del medio ambiente. “Estamos en el momento de reflexionar qué planeta, qué país, qué sociedad queremos ser. Tenemos una oportunidad para reinventarnos”.
La mejora del medio ambiente ha sido resaltada por el presidente Vizcarra, quien precisó que la calidad del aire en Lima alcanzó los niveles que recomienda la Organización Mundial de Salud (OMS). “Durante estos días, la naturaleza ha tenido un respiro y es evidente la mejora”.