Roberth Orihuela Q.
Las cadenas de comida rápida o tiendas por departamento ofrecen trabajo a medio tiempo y horarios flexibles. La oferta parece atractiva para jóvenes y estudiantes. Sin embargo, el sistema termina convirtiéndose en un calvario, en explotación laboral moderna.
La muerte de dos jóvenes en un local de McDonald’s de Lima enciende la alerta sobre esta modalidad de empleos.
Estos perecieron electrocutados debido a la falta de medidas de seguridad.
Una extrabajadora de estas cadenas, que ocupó un alto cargo, explica que hoy la modalidad elegida es el part-time o trabajo a medio tiempo (4 horas). Bajo este sistema, las empresas ahorran mucho dinero. Los trabajadores o colaboradores -como suelen llamarlos- pierden derechos laborales. No tienen vacaciones, Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), ni derecho alguno de reclamo ante el Ministerio de Trabajo o la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil).
El Estado no reconoce a los part-time como trabajadores en pleno, solo a aquellos con trabajos a tiempo completo. "Si pasa algo, un despido o alguna ocurrencia, no pueden hacer nada", explica.
A los de medio tiempo no se les reconoce horas extras. Las empresas, en cambio, lo denominan “recargos por consumo”. Esto ahorra a las empresas mucho al momento de pagar utilidades y liquidaciones. “Es una forma de sacarle la vuelta a la ley”.
Si hacen horas extras, en lugar de pagarles en efectivo, se les acumula para darles un día libre. Aunque esto es bajo la mesa. Si el empleador no lo quisiera reconocer, no tendría ningún problema legal a pesar del reclamo que pueda hacer su "colaborador".
En sus contratos las empresas incluyen cláusulas que les permiten usar la imagen de sus trabajadores para publicidad sin abonar nada extra. Sin contar con que los obligan a tareas extras que no forman parte de sus funciones. “A esto lo llaman identificarse con la empresa. Y si no les gusta, pueden irse. Hay muchos en cola para hacer lo mismo por menos”, señala la fuente.
Un inspector de la Sunafil confirma este testimonio. Añade que la gratificación se calcula de acuerdo a lo ganado pero sin las horas extras. "Se denuncia que incluso no se les paga”, explica. Esto justamente es lo que la Sunafil investigará este mes. Tras el caso de McDonald’s, se inició un operativo en todas las cadenas de tiendas. Los inspectores acudirán a cada negocio para verificar las condiciones de seguridad y los contratos laborales.
Otra ventaja para las empresas es que los contratos part-time pueden cancelarse en cualquier momento, sin necesidad de avisar. Solo deben pagar los pocos derechos que la ley les da. Esta inestabilidad provoca que el tiempo de permanencia en estos trabajos sea de tan solo unos pocos meses, lo que recae en sindicatos débiles.
Por ejemplo, en Saga Falabella de Arequipa hay 550 trabajadores, de los cuales 50% son part-time, y el sindicato tiene apenas 54 miembros.