José Salcedo y corresponsales
La agricultura en Cusco y Arequipa es una lotería. El campesino no sabe si ganará plata, recuperará su inversión o fracasará en su cosecha.
En la región imperial, Lucía Huamán cultiva al año dos hectáreas de papa. Después de cada siembra, tiene el temor de que caiga una helada o nevada y que destruya y pierda todo. En su chacra, del distrito de Santiago, produce numerosas papas nativas y otras especies.
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En un buen año agrícola, sin heladas, nevada ni granizada, cada hectárea produce 80 sacos de 100 kilos cada uno. Pero cuando esos fenómenos ocurren, la producción cae a la mitad (40 sacos), una merma que descapitaliza a los campesinos.
Lucía llegó ayer a la plaza de Santiago con una decena de sacos de papa. Un kilo cuesta S/ 2.50, pero en su terreno el precio baja a S/ 2. “Casi nunca recuperamos lo que invertimos. Solo nos alcanza para sobrevivir”, cuenta.
Ella fue invitada a la feria ‘De la chacra a la olla’, organizada por el municipio, Agrorural y el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri). Augusto Ávila, representante de Minagri, dijo que con eso se incentiva el consumo de productos andinos y se favorece a la economía de los pequeños agricultores. Lucía le refuta: “No solo queremos traer lo que sacamos de la chacra, queremos ayuda con riego tecnificado, abono, eso cuesta mucho”, reclama.
Las dificultades de Lucía son las mismas en la mayoría de agricultores cusqueños. Cusco tiene una extensión de 2 millones 764 mil 718 hectáreas. El 13.2% es agrícola. En los campos de 12 provincias se produce principalmente papa, maíz, quinua y haba grano. Solo La Convención, selva, tiene otra producción: café, cacao, té y frutas.
Según el diagnóstico del sector agrario en la región, el destino de la producción es para autoconsumo (47%), venta (33%), alimento para animales (18%) y 2% autoinsumo. Ese documento precisa que al 2018 el 77% de productores no cuentan con asistencia técnica; eso equivale a 139 mil 693 productores.
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En la región suman 182 mil 058 productores, de los cuales solo 42 mil 365 cuentan con asistencia técnica del Estado. “Desde 1994 hubo avances. Aquel año, la brecha de tierras sin riego llegaba a 86%”, se lee.
Sin embargo, eso es insuficiente. De las 364 mil 601 hectáreas agrícolas, solo 53 797 tienen riego, mientras que 310 804 son terrenos supeditados a ocurrencia de lluvias.
La producción de más de 400 mil agricultores en la región cada vez es más difícil. El presidente de la Sociedad Agrícola de Arequipa (SADA), Jesús Díaz, señala que uno de los principales problemas que afrontan es la mala planificación de la siembra de productos. Cuando hay sobreproducción, los agricultores pierden lo invertido.
En muchos casos la pérdida asciende a más de 18 mil soles por hectárea de cultivo, pues el producto tiene tan bajo costo en el mercado que cuesta más trasladarlo desde las chacras a los centros de abasto que lo que ganarían en venderlo.
Para solucionar esto, el Minagri debería realizar un estudio sobre la situación actual del sector a nivel nacional, dice Díaz. Todos sus cultivos los realizan sin saber la verdadera situación de cada región. A esto se suma que el INIA (Instituto Nacional de Innovación Agraria) no investiga por falta de presupuesto.
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Por su lado, Nelson Martínez, representante de la Junta de Usuarios de la Pampa de Majes, sostiene que la inestabilidad económica en el rubro hace que las entidades financieras eleven los intereses desde 20% a 35% cuando piden préstamos. En la Pampa de Majes hay 15 mil 860 hectáreas de cultivo, de las cuales solo 4 mil exportan. Estas podrían ampliarse, pero requieren la ayuda del Estado.
Díaz agregó que el proyecto Majes II es una posibilidad de salvar la actividad y que debe realizarse en terrenos amplios y no minifundistas, de lo contrario, el agro seguirá perdiendo.
El titular de la Dirección Regional de Agricultura de Puno, José Luis Cahuana, informó que hay una fuerte migración del campo a los grandes yacimientos mineros como La Rinconada y la selva de Puno.
Explicó que la extracción de oro es más atractiva para muchos que trabajar la tierra. Precisó que en los últimos quince años el cambio de actividad tuvo mayor celeridad por los bajos recursos que el Estado invierte en el sector. La Dirección de Agricultura en la actualidad solo tiene 3 millones de soles anuales para inversión en trece agencias agrarias.
Cahuana opina que no hay muchos motivos para celebrar el Día del Campesino. Dijo que urge diversificar la economía del país a partir de la agricultura y la ganadería, como alternativas ante la minería.