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Sexualidad

¿Cómo aumentar el placer en la pose sexual 'el misionero'?

Una de las posiciones sexuales más famosas y practicadas por las parejas es ‘el misionero’. Te contamos en la siguiente nota cómo poder mejorar el desempeño y explotar al máximo el placer.

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El misionero es una de las poses sexuales más conocidas y practicadas entre as parejas. Foto: Marie Claire

En el encuentro sexual existen muchas poses sexuales, desde las más osadas hasta las más tradicionales. Una de las más conocidas es ‘el misionero’, una posición que bastante común durante el sexo. Revisa a continuación algunas recomendaciones para aumentar el placer con tu pareja.

“Cuando comienza el juego amoroso, con vistas a un encuentro erótico, los cuerpos se disponen casi espontáneamente buscando esa posición. Es una manera inconsciente de decir ‘somos humanos, nos miramos, nos descubrimos, nos queremos, nos elegimos, nos calentamos’”, explicó Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, a Infobae.

El origen del nombre proviene del año 1215, cuando la Iglesia Católica la aprobó como la única pose a realizar durante las relaciones sexuales y el sacerdote Johannes Teutonicus afirmó que “solo había una postura natural para el coito”.

En esta pose, la persona pasiva, con las piernas entreabiertas, se ubica bajo la persona activa, quedando ambas cara a cara. Esta le da más libertad en los movimientos a la persona que se encuentre encima, de ahí que quienes se encuentran recostados se pregunten ‘¿y yo qué hago?’.

Para algunas personas, ‘el misionero’ es considerado aburrido y monótono. Por ello, el especialista propone algunas variantes para quienes buscan un rol más activo.

  • Ante todo, se deben disponer los cuerpos de manera activa, de nada sirve generar variantes con cuerpos pasivos, sin energía. Hay que buscar, proponer, buscar el encastre placentero. Hay que hacer hablar a los cuerpos. El movimiento es sabio.
  • Colocar una almohada en tu zona lumbar permite tener más movimiento.
  • Mover las caderas hacia arriba o abajo, o bien hacer movimientos de rotación, apretando el pene con contracciones.
  • Puedes jugar con las piernas extendiéndolas, haciendo presión en el pene, o bien alternar con movimientos de extensión y flexión.
  • Para un contacto más cercano, los besos o el susurrarle en los oídos puede ser muy excitante.

¿Qué objetos pueden ser peligrosos para la masturbación?

Al referirse al órgano sexual femenino y los peligros en torno a la masturbación, la sexóloga Carolina Motta señaló que “casi todo lo que entra en la vagina puede salir”; sin embargo, “no puedes introducir algo cuadrado o que tenga muchos ángulos porque corres riesgos de no poder sacarlo”, recomendó. Por el lado de los hombres, pidió tener cuidado con algún objeto que pueda generar quemadura por roce en el pene.

La masturbación tiene grandes beneficios, entre los cuales destaca el ayudarnos a obtener un sueño placentero y relajar nuestro cuerpo. Foto: composición/Unsplash

Recomendaciones para la doble penetración

  • Sinceridad: si la idea de doble penetración involucra a más personas, el primer paso es tener una comunicación abierta y honesta sobre lo que quieres y cómo quieres lograrlo, siempre con empatía.
  • Realizarse pruebas médicas necesarias: si una o más de las personas involucradas en este experimento no son tus parejas sexuales habituales, es importante hacerse una prueba para detectar las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). “Cuando hay más de una pareja involucrada, el riesgo de infecciones aumenta drásticamente”.
  • Empezar con juguetes pequeños: independientemente de las experiencias previas con diferentes tamaños de penes y juguetes, es mejor ir de menos a más.
  • Usar lubricante: utiliza el líquido cada vez que lo sientas necesario. El tipo de lubricante dependerá del material de los juguetes que se usen o de la duración de las sesiones.

Consejos para hablar de sexo con tu pareja

E José Carlos Elías, psicólogo clínico y representante de Foreplay da algunos consejos para poder reconectar sexualmente con la pareja a través de la comunicación:

  • Autoexploración: la sexualidad es una parte fundamental en la vida del ser humano, pero es un proceso individual que se construye con los años. Para desarrollarla en pareja, es necesario que cada persona se conozca, explore su cuerpo y tenga claro qué es lo desea o busca para poder trasmitirlo a su compañera o compañero.
  • Fomentar el respeto: a través de la comunicación, se deben formar lazos para expresar lo que uno quiere y puede ofrecer a la otra persona. De esta manera, se establecen condiciones para respetarse mutuamente y los acuerdos que se tienen dentro del encuentro sexual. Es necesario tener claridad sobre lo que permitimos sin sentirnos incómodos o vulnerados para satisfacer a la pareja.
  • Generar confianza: en torno al sexo, hay muchos tabúes y prejuicios, incluso en la adultez, que pueden perjudicar tanto a hombres como a mujeres. Por ello, es necesario crear espacios cómodos y seguros para lograr perder el miedo al hablar sobre nuestras necesidades, límites, dudas y preferencias sin sentirnos juzgados, y así, normalizar la sexualidad como tema de conversación sin temor a una posible discusión.
  • Cuidar la integridad: para tener relaciones sanas, debe existir el consentimiento mutuo, la empatía y velar por el cuidado de ambos. En esa línea, se debe conversar sobre lo que uno quiere sin imponer ideas al otro. Por ejemplo, si se busca probar cosas nuevas o introducir el uso de juguetes eróticos, es importante hablarlo con la pareja y saber qué piensa o cómo se siente al respecto.
  • Crear espacios de conversación: Es posible que hablar de sexo intimide o genere miedo e incomodidad, por ello es necesario que la pareja encuentre un tiempo apropiado y propicio para generar la conversación de forma abierta y honesta. Se recomienda fomentar momentos a solas en los que se puedan establecer consensos y mejorar la relación de confianza entre ambos.