"El humor sirve para hacer pensar y a veces también para hacer reír", decía el escritor hondureño Augusto Monterroso y, sin meditarlo, lo comparte el caricaturista Carlos Tovar. Así lo revela en esta entrevista donde, a propósito de su último libro "Lo peor de Carlín", dibuja en palabras su protesta contra el pensamiento 'apolítico'. ,“Una ‘carlincatura’ vale más que mil palabras” es una frase cuya interpretación podría ensayarse de la obra que realiza Carlos Tovar, o ‘Carlín’, para retratar a la clase política peruana. Le hace justicia esta percepción. Desde hace 16 años viene retratando la coyuntura con humor, ese que se cuenta para hacer pensar a las masas y, de alguna forma, provocar un interés hacia la política que ha venido ganando desprestigio por su mala práctica. PUEDES VER: Keiko Fujimori recibió en su casa al juez César Hinostroza, dice colaborador Su último libro, “Lo peor de Carlín”, es una manifiesta recopilación de muchos años de trabajo que resumen una parte de la historia del país. Sus protagonistas son los principales líderes políticos, quienes se han ganado a pulso cada retrato con sus desaciertos. En esta entrevista, Carlín reflexiona sobre su trabajo y hace un análisis de la coyuntura que lo alimenta y apasiona. Pregunta de rigor: ¿Cómo define papel de la caricatura en el escenario político? La caricatura es un medio de opinión, como lo tiene un columnista político, un comentarista político, solo que en este caso se expresa por medio de imágenes y palabras contextualizando el humor. Un caricaturista tiene que ser por defecto un deformador de la realidad, pero a la vez manteniéndola intacta la interpretación de esta… La caricatura política se basa en los hechos de la realidad, pero, lógicamente, a partir de ello crea situaciones que pueden ser ficticias, pero sirven para entender un poco la realidad, para hacer una crítica… ¿Ser provocador es el principal papel del caricaturista? Provocador no necesariamente, se trata de hacer humor y que, a partir de las situaciones políticas, sátira; humor que puede ser irreverente y, en ese contexto, puede tener algo de provocador. Las caricaturas debieran tomarse con correa, humor, pero uno que otro político no reacciona así. ¿Llegó a tener problemas por su trabajo? Juicio solamente he tenido uno, que nos hicieron a Gustavo Mohme y a mí, junto a Edmundo Cruz y Ángel Páez por una denuncia que se hizo en La República sobre el tráfico de pasaportes en la época del gobierno de (Alejandro) Toledo. Ese ha sido el único juicio importante que he tenido, después no, algunas amenazas de demandas sí, pero ninguna otra demanda. ¿La caricatura es un vehículo para que la ciudadanía se interese en la política? Hay personas que se definen como apolíticos Lo que dices es interesante. Porque sí, es un vehículo que sirve para aproximar a la gente a los sucesos de la política en general porque es más accesible, es más comprensible, más atractivo para que la gente se interese en los acontecimientos… eso lo digo porque siempre recuerdo cuando era niño entendía las caricaturas políticas de los diarios y a través de ellas empecé a comprender, conocer a los personajes políticos. “No hay mjor punto de partida para la reflexión que la risa”, decía el alemán Walter Benjamin. ¿Por eso será la caricatura el vehículo más ideal para descubrir lo que nos comunica entre líneas nuestra clase política? Conozco esa frase del filósofo Walter Benjamin. Sí, es verdad, la risa como punto de partida de la reflexión, o como dice Augusto Monterroso en otra frase que también me gusta: “El humor sirve para hacer pensar y a veces también para hacer reír”. Usted se caracteriza por mostrar su pensamiento ideológico de izquierda y esta, probablemente, sea fácil de percibir en sus artes. ¿Siente que ha impregnado esta visión así? La posición de izquierda probablemente sea más fácil de percibir de alguna manera, pero no sea porque yo apoye una cosa, porque la caricatura no hace más que criticar, pero si critico a los principales enemigos lógicamente se puede deducir por defecto que soy de izquierda. Supongo. La implementación de la teoría marxista y las cuatro horas de jornada laboral son tesis que ha defendido por años. ¿Continúa siendo viable esta visión? Viable no lo sé (…) pero necesaria sí lo es porque creo que es la única forma de que nos podría salvar de la barbarie que nos conduce el capitalismo. Con el capitalismo desenfrenado que tenemos ahora vamos rumbo a la barbarie y la jornada de las cuatro horas será la solución, la salvación para salir de esta espiral salvaje, así que seguiré abogando por ella en la medida de mis escasas fuerzas. ¿Qué tipo de personaje político le ha costado más caricaturizar? Hay muchos que son difíciles, la verdad es que, retrospectivamente, creo que me he demorado más en sacar una buena caricatura de Keiko Fujimori. Cuando veo las primeras que le hice me parece que son muy malas y ahora creo que están un poco mejores. ¿La caricatura política ha cumplido su papel en nuestro país, de despertar esa indignación sobre los acontecimientos que cada día nos generan rechazo? La indignación existe, no creo que vaya a despertarse por la caricatura, pero sí creo que es algo que la gente logra sentir. La caricatura política puede servir para expresar la indignación, la gente puede sentir que (la caricatura) expresa algo que siente, pero no es que lo vaya a convencer o que lo vaya a despertar, sería muy presuntuoso pensar eso… Claro, también vemos que sus caricaturas se han vuelto un elemento en las protestas ciudadanas, cuando vemos a jóvenes portando en carteles sus gráficas… Sí, como he dicho otras veces, a mí me satisface cuando veo eso porque ahí es cuando (siento) que mi trabajo sirve para algo, que la gente se identifica con él, cuando lo veo en una pancarta entonces se ve que está cumpliendo su objetivo. ¿Cómo ha venido cambiando tu perspectiva política a través de los años?, ¿ha variado? Bueno, creo que no mucho. Sigo manteniendo más o menos la misma posición. Haciendo catarsis de nuestra clase política ¿qué sensación le deja el comportamiento del fujimorismo ante la reforma política planteada? En el fondo me satisface porque creo que se está suicidando (el fujimorismo). Eso sería bueno para el país. ¿Esta actitud resta chances a Keiko Fujimori para una eventual postulación en el 2021? Sí, cuando he visto los últimos pronunciamientos de Keiko Fujimori he pensado ‘qué chocante es aún, ¿no?’, y en el fondo he dicho que en realidad está bien que sea así para que de una vez la gente se dé cuenta de qué cosa representa. Creo que finalmente está ocurriendo eso, hay un desplome, está en una posición tan odiosa la señora Fujimori que se están hundiendo y eso va a ser bueno para el país, no digo que van a desaparecer (el fujimorismo), pero ya no van a tener por ahora el poder que tienen en el Congreso. No creo que eso se repita. Esta pugna entre el presidente Vizcarra y Keiko Fujimori es un tema que se venía arrastrando desde antes de asumir la presidencia. ¿Qué intención esconde detrás Fuerza Popular? No creo que se haya arrastrado desde ahí, en ese momento el fujimorismo lo usó por el tema de Chinchero, luego lo abandonó, luego aceptó a Vizcarra y hubo un cierto acuerdo tácito de apoyarlo pero todo cambia cuando sale el escándalo de la corrupción judicial y creo que cambia porque, aún antes de que el presidente Vizcarra lance las (propuestas) de reformas, ya Keiko está viendo el peligro de la cárcel. Se siente muy temerosa de que este escándalo le llegue a ella. Le está salpicando por varias partes y entonces se pone en una actitud como de acorralada, agresiva. Creo que ese es el problema. Estaba viendo el informe del fiscal (Pablo) Sánchez sobre (el juez César) Hinostroza cuando dice que Hinostroza iba a la casa del señor (Antonio) Camayo para recibir allí el dinero de (Edwin) Oviedo y recordé que en el audio donde Camayo habla de la ‘señora K’ él le dice: “Recuerda, pues, la ‘señora K’, tú fuiste a su casa y ella te dio…” y puntos suspensivos. Cuando uno ve lo que Hinostroza recibía en la casa de Camayo era dinero de Oviedo, y si uno piensa que por teléfono Camayo le está diciendo a Hinostroza “la ‘señora K’ te dio…” puntos suspensivos, ¿qué cosa cree usted que le dio? Parece que es bastante obvio saber qué es lo que le dio. Eso debe tener muy preocupada a la señora, porque ahora hay gente que está hablando de los jueces, porque hay varios colaboradores eficaces de la fiscalía. La defensa que está haciendo el mandatario de sus propuestas de reforma están descolocando al fujimorismo, sobre todo después del anuncio del referéndum por la no reelección congresal… El presidente (Martín Vizcarra) al defender la reforma está haciendo lo que la gente quiere. No sé con cuánta convicción lo hará, pero la gente lo que quiere es eso. La gente quiere el referéndum, quiere expresar su opinión, su voto, su protesta y quiere que se saque a los jueces corruptos y eso lo está encarnando Vizcarra y hábilmente. Lo que hace el fujimorismo al oponerse a eso, de una manera tan evidente, es caer más odioso. En el Ejecutivo no han descartado hacer cuestión de confianza por las reformas. ¿Es viable este escenario contemplando la posibilidad de cerrar el Congreso? No es fácil que ocurra eso. Habría complicaciones legales, pero lo que yo creo que es más viable es que avance la investigación y termine involucrada la señora Fujimori. Un voto de confianza podría acelerar la descomposición del fujimorismo. Si la señora Fujimori, al verse acorralada por la amenaza de la cárcel se pone en actitud antidemocrática, de repente eso puede provocar una indignación, un rechazo que puede conducir a un adelanto de elecciones. Ahora lo que parece la última estrategia del fujimorismo es salir a advertir que Vizcarra está “amenazando” al Congreso como Nicolás Maduro lo hace en Venezuela Eso es una tontería. El presidente lo está haciendo todo por la vía legal, no está haciendo ningún atropello. Son procedimientos legítimos que están en la Constitución, presentar un proyecto de reforma, el referéndum, todo eso es constitucional. No tiene nada que ver con Venezuela. Ahora, ¿cómo salir de esta confrontación, de quien depende dar el primer paso para superar esta crisis teniendo a la vuelta de la esquina las elecciones? En las elecciones municipales no se va a resolver nada. Es una cosa horrible. El sistema político está en descomposición y las elecciones municipales son una expresión de eso. Van a salir elegidos alcaldes sin representatividad, con porcentaje de votación mínimo, con ciudadanos molestos, alcaldes que no tienen programas de gobierno coherentes ni tienen equipo, son improvisados, aventureros, de toda clase, así que eso está mal. La reforma política tendrá que venir después, pero para estas elecciones no se va a remediar eso.