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Opinión

Otra vez las portátiles

Dina Boluarte recurre a llevar simpatizantes.

larepublica.pe
EDITORIAL

Se trataba de una inauguración de obras en Villa María, en la que dejaron fuera a los beneficiarios para privilegiar a una portátil traída con el propósito de vivar a la presidenta Boluarte, sin carteles ni reclamos.

Las personas que habitan en las partes altas de la ciudad están soportando el frío invernal multiplicado por la pobreza y el abandono generalizado del Estado. Para ellos era el programa de abrigo que está inaugurando el Gobierno y que la presidenta Boluarte iba a encabezar.

La población se disponía a aprovechar la ocasión para expresar su opinión y malestar sobre la problemática propia de la zona y también las dificultades que afrontan los pobres y extremadamente pobres, que se han incrementado con la crisis que abate a cada vez más hogares peruanos.

La policía puso en marcha un nuevo tipo de control de la población. Ya no se trata de reprimir manifestantes, ahora cercan a la población en un espacio cerrado, alejado. Luego, ya despejado el problema, llega la portátil traída de otro lugar, con carteles producidos en serie y con vivas falsas, para una versión mediática de una presentación que de otra manera hubiera sido un mejor reflejo de la realidad del 5% de aprobación en las encuestas.

La población retenida y cercada, también tuvo que enfrentar otra amenaza: la detención sin razón de una vecina que permaneció en una comisaría por algunas horas. La pobladora detenida fue liberada después de haber recibido la orden de no dar declaraciones a la prensa. La razón: un cartel en el que decía que la presidenta no era bienvenida.

Los 90 han vuelto con fuerza. La presencia de las portátiles parecen ser otro elemento más para asociarlo a ese periodo oscuro de la historia peruana. Lamentable.