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Opinión

Enero

Se habla de una fuerte pugna MEF-Minsa, frente a la cual Francisco Sagasti está más cerca del MEF.

larepublica.pe
Se habla de una fuerte pugna MEF-Minsa, frente a la cual Francisco Sagasti está más cerca del MEF.

Quizás podríamos llamarlo el mes de la distracción, con varias noticias de primera magnitud compitiendo por nuestra atención, que ya ha visto demasiadas de esas en el 2020. Está acercándose el año redondo desde que empezó la pandemia, de modo que hay que prepararse para los balances de un tiempo que definitivamente perdimos.

El anuncio de la llegada de una vacuna que se esperaba para bastante más tarde hizo de enero un mes esperanzado y esperanzador. Tenemos 20 días para ver la foto de la primera aplicación, casi seguro que a una trabajadora de la salud. Pero también es el mes de la nueva cepa del coronavirus y de amenazantes rebrotes del viejo virus.

Los jurados electorales están funcionando como una mezcla de auditores del cumplimiento de requisitos y tribunales para detectar intentos de precandidatos de saltarse prohibiciones a la garrocha. Lo que se ve son agrupaciones que no pueden, o no quieren, gobernarse a sí mismas, ni ir poniéndoles límites a sus precandidatos.

El gran devorador de espacio noticioso en lo que va del mes, incluso aquí en el Perú, ha sido Donald Trump, y todavía lo será por un tiempo. Por lo pronto está la amenaza de nuevos disturbios en la juramentación de Joe Biden, este miércoles 20, más las reacciones de Trump al intento bipartidista de retirarlo de la presidencia a paso de polka (impeachment).

Enero está trayendo razonables cifras económicas, con avances en el trimestre pasado y en el que ahora comienza. La idea de una segunda ola fuerte, una real posibilidad en un par de regiones, está dándole a la recuperación económica un sabor agridulce, como si se le estuviera robando puntos a la salud de la población. Se habla de una fuerte pugna MEF-Minsa, frente a la cual Francisco Sagasti está más cerca del MEF.

Quienes rescataron sus ropas de baño han descubierto que no tenía mucho sentido. Pues a los problemas de salud, economía y política podemos sumar, al menos en la costa, un verano lamentable por donde se le mire, con un clima errático de fuerte tendencia ha nublado, prohibiciones varias en las playas y dudas sobre si hay más peligro en la ciudad o en el balneario.