‘Sifrino’ es un término que los ciudadanos de Venezuela emplean a menudo tanto dentro de su país como fuera de él, a menudo para describir a jóvenes de la clase alta. En ese sentido, se trata de una palabra que puede ser equiparada con ‘pijo’ en España, ‘fresa’ en México, ‘cheto’ en Argentina y ‘pituco’ en Perú. Si tu tampoco sabías qué significaba, en esta nota te contamos cómo vive esta clase social.
Aunque Venezuela ha sido golpeada por una severa crisis económica en los últimos años, todavía existe una élite que continúa disfrutando de toda clase de lujos y productos de primera clase. Son estas ganas de ostentar, más que la riqueza en sí, lo que hace tradicionalmente característicos a los sifrinos.
De acuerdo con el “Diccionario histórico del español de Venezuela” (2013), la palabra ‘sifrino’ se refiere a “una persona, generalmente joven, refinada y de buenos gustos, que alardea de su sofisticación y de sus bienes al punto de hacerse afectado y superficial”.
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Este término puede tener varios significados, aunque por lo general suele referirse a aquellas personas creídas, superficiales y despectivas, que por lo general son (o creen ser) de clase alta. Para algunos, ya ha llegado a denominar a una tribu urbana.
Venezuela vivió su apogeo en los años 70 y 80 con el boom del petróleo. Foto: Archivo Fotografía Urbana
El primer uso escrito registrado de ‘sifrino’ data del año 1978, según explica la persona detrás de la cuenta de Instagram @Sifrizuela al medio digital El Estímulo. Se trata, explica, de una expresión que surgió en los años de la ‘Gran Venezuela’ del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), época en que el país caribeño vivía la bonanza del petróleo
A pesar de la crisis actual, Venezuela cuenta con una reducida clase alta que vive en sectores apartados y tiene acceso a múltiples productos exclusivos, muchos de ellos importados. Varias de estas personas entran popularmente dentro de la categoría de sifrinos, al comprar ropa de marca y comida costosa.
En Caracas, capital del país, las principales zonas donde vive la población de clase alta se ubican en la zona este de la ciudad. Altamira, Valle Arriba, La Lagunita y Country Club son algunos de los barrios donde podemos encontrar auténticas mansiones, muchas de ellas con cercos y amplios jardines, y en algunos casos incluso con piscinas. No obstante, también hay algunas casas abandonadas.
Otras ciudades también tienen sus propios barrios ‘ricos’, como Santa Elena en Barquisimeto. También destaca el caso del municipio de Lechería, al norte del Estado Anzoátegui, donde existen muchas lujosas casas de verano.
Las compras de lujo son una de las formas en que gastan su dinero las personas con ingresos elevados. En medio de la crisis, surgieron lugares como los ‘bodegones’ donde se pueden adquirir productos importados, así como tiendas de ropa de marca, zapaterías, mueblerías y más. Muchos de estos se concentran en centros comerciales como Paseo El Hatillo o Sambil.
Lechería, en el Estado Anzoátegui, es una de las localidades de Venezuela con las casas más lujosas. Foto: captura de Gabriel Herrera / YouTube
Ángela Oraa, socióloga y periodista, relató a la cadena DW en enero de 2021 que la clase pudiente gusta de presumir sus riquezas, y que los negocios gastronómicos son los que más éxito han tenido entre los comercios de alta gama de años recientes.
Importante: este video es anterior a la eliminación de seis ceros del bolívar en Venezuela.
“Existe un rosario de restaurantes, cuyos estacionamientos parecen concesionarios de Beverly Hills, con aerodinámicos carros deportivos y camionetas de equipo completo, muchas blindadas y custodiadas por guardaespaldas, o motos con escoltas uniformados. Son símbolos visibles de riqueza y ostentación”, señala la especialista.
No obstante, Oraa también indica que productos como las cirugías plásticas o el arte han perdido popularidad en tiempos recientes, al igual que lugares como el Country Club, que antes eran símbolo del poder y la vida millonaria.
“Un venezolano promedio puede armar rápidamente un esquema de cómo es un sifrino: utiliza un spanglish marcado, consume ciertas marcas, tiene un código de vestimenta en particular, dice ‘colegio’ no ‘liceo’, conoce Miami mejor que la palma de su mano y el oeste de Caracas es un mito urbano en su cabeza”, asegura por su parte @Sifrizuela.
La población de altos recursos que ostenta sus riquezas califica como 'sifrinos', según el concepto popular. Foto: The New York Times
En su libro “La sifrinidad: vida y obra de una tribu urbana”, la persona responsable de dicha cuenta distingue hasta tres clases de ‘sifrinos’: los ‘proto-sifrinos’; es decir, aquella clase pudiente del siglo XIX y principios del XX; los ‘sifrinos clásicos’, que tuvieron su apogeo en el boom petrolero de los años 70; y los ‘boliburgueses’, quienes se hicieron ricos durante el chavismo.
Además dicho autor recalca que el trabajo es una piedra angular en la que se ampara esta clase. “La sifrinidad se diferencia de muchas familias de clase alta o media alta en el resto del mundo por el hecho puntual del trabajo que, en teoría, justifica el privilegio de los sifrinos. Es decir, pudiéramos hablar de un equivalente de la nobleza y la sifrinidad con el privilegio, pero en este caso es mucho más fuerte el valor laboral, que el de la herencia o el de las tradiciones medievales”.
La sifrinidad: vida y obra de una tribu urbana