Un padre sospechoso de haber disparado y asesinado a sus cuatro hijos y a la abuela de los niños fue interrogado bajo custodia policial este lunes en California, Estados Unidos (EE. UU.).
Los cuatro niños, menores de 12 años, murieron en la escena del crimen, una casa familiar en el pequeño pueblo de Lancaster, cerca de Los Ángeles.
La abuela de los niños, una mujer con más de 50 años, también murió en el incidente registrado la noche del domingo 28 de noviembre.
Todas las víctimas tenían heridas de bala en la parte superior de sus cuerpos, informaron los cuerpos policiales.
El sheriff del condado de Los Ángeles indicó que Germarcus David, de 29 años, fue arrestado como sospechoso por los asesinatos y que su fianza fue estipulada en dos millones de dólares.
El diario local Los Angeles Times informó que David es un vigilante cuyo permiso de armas había sido cancelado.
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El periódico entrevistó a Waki Jones, quien dijo haberse encargado por años del transporte escolar de los dos niños mayores, Amaya, de 12 años, y Demarcus, de nueve.
“Amaya era una niña dulce. (...) Ella estaba siempre protegiendo a su hermano”, declaró Jones.
El vecino James Martin expresó que “ni siquiera puedo creerlo”, “esto me rompe el corazón”. Citado por CBS Los Angeles se mostró consternado. “¿Qué obtienes matando a alguien, especialmente a tus propios hijos?”.
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“Es increíble. No puedo creer que han fallecido”, agregó Jones.
La violencia con armas es un enorme problema en EE. UU., alimentada por un marco legal poco estricto y por la abundancia de pistolas, de acuerdo con activistas.
Los intentos de restringir la tenencia de armas son atacados por una poderosa minoría a favor de las pistolas, que insiste que la Constitución estadounidense garantiza el derecho a estar armado.
“Desafortunadamente, ninguna comunidad está exenta de este tipo de comportamiento y no es nada para lo que pueda prepararse”, dijo el vecino Donnel Murray.
Con información de AFP