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La situación y cifras de la pandemia de COVID-19 que Biden hereda de Trump

Con un país devastado por el coronavirus, el nuevo presidente asume el reto de revertir la polémica gestión de su antecesor que no tenía ningún plan de distribución de vacunas.

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La llegada del coronavirus en marzo y las medidas preventivas instauradas para contenerlo arrasaron 20 millones de empleos en Estados Unidos. Foto: AFP

El flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe un país sumido en una de sus peores crisis sanitarias debido a la pandemia del coronavirus, que ha dejado más de 400.000 fallecimientos y 24 millones de casos, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

Este jueves, segundo día de la era Biden, la nación norteamericana atraviesa la tercera ola que inició en octubre del año pasado y en la que se han rebasado picos de 250.000 nuevos casos diarios y una media de 3.300 pérdidas en enero.

Desde hace mucho que el balance de muertes supera las proyecciones más optimistas del Gobierno estadounidense, que había estimado en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 decesos debido al COVID-19.

El exmandatario Donald Trump había rebajado a su vez esos cálculos y se mostró confiado en que el número final estaría alrededor entre los 50.000 y 60.000 muertos, aunque después lo incrementó hasta 110.000 fallecidos, una suma que también fue superada ampliamente.

Biden busca impulsar un plan de ayuda económica contra la COVID-19 de dos billones de dólares. Foto: EFE

Trump y Biden, dos perspectivas opuestas ante el coronavirus

La crisis sanitaria arribó en año electoral al país previamente contaminado por la polarización política y el peso de las informaciones adulteradas. Con esos componentes, el desarrollo de esta enfermedad en Estados Unidos deja una engorrosa herencia al nuevo jefe de Estado.

En plena campaña de reelección, el coronavirus alcanzó al republicano en persona, hecho que se convirtió en uno de los factores decisivos de su meta de quedarse cuatro años más en la Casa Blanca. Desató una crisis económica que interrumpió las estimaciones del mandato republicano.

La llegada del virus en marzo y las medidas preventivas instauradas para contenerlo arrasaron con 20 millones de empleos y dispararon la tasa de desempleo hasta el 14.7% en abril de 2020, frente al 3.5% reportado en febrero. Desde entonces, se ha ido disminuyendo considerablemente, pero todavía hay millones de ciudadanos sin trabajo.

En un mundo sin pandemia, una investigación del centro de estudios IZA World of Labor señala que Trump podría haber ganado los comicios en Arizona, Georgia, Pensilvania y Wisconsin si hubiera un 5% menos de infectados. Estos Estados, cuyo triunfo parcial, le hubieron otorgado la victoria a nivel nacional.

La lucha contra la pandemia pasa de un presidente negacionista que enfermó de COVID-19 a otro que ya se ha vacunado. Foto: AFP

La ardua lucha contra la crisis de salud

El demócrata busca restablecer con sus primeros decretos como presidente algunas de las decisiones más relevantes de la gestión de Trump y promover otras nuevas, entre ellas un plan de ayuda económica contra la COVID-19 de dos billones de dólares.

Biden enmendará incluso las últimas medidas de Trump, como mantener las restricciones de viaje a Estados Unidos desde la Unión Europea y Brasil, que estaban en rigor desde marzo pasado y que el exmandatario decidió suprimir en las últimas horas de su administración.

Según dijeron fuentes a la cadena de televisión CNN, el nuevo Gobierno no heredó ningún plan de distribución de inmunizantes contra el coronavirus del mandato del republicano, lo que presenta un gran desafío para Biden y sus asesores.

“Es importante apoyar a las comunidades que están luchando contra la COVID-19, brindando apoyo a las pequeñas compañías más afectadas, especialmente las que son propiedad de minorías raciales, y protegiendo los puestos de trabajo de los trabajadores esenciales”, indicó el equipo de la Casa Blanca a través de un comunicado.

Campaña de vacunación

En cuanto a la inoculación, Joe Biden explicó que anhela a alcanzar los 100 millones de personas vacunadas en sus primeros 100 días de mandato. Según los últimos informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), hasta el 15 de enero se había inyectado las dos dosis a 1,6 millones de estadounidenses.

El 46° presidente de Estados Unidos calificó la distribución de la vacuna de “fracaso estrepitoso” y ahora considera que no hay “tiempo que perder” y planea abrir más establecimientos para la inmunización en estadios deportivos, centros comunitarios e incluso creando clínicas móviles para llegar a comunidades de difícil acceso.

La batalla contra la pandemia pasa de un gobernante negacionista del virus SARS-CoV-2 a otro que ya se ha aplicado la vacuna. El balance de la crisis sanitaria continuará siendo el que mida la presidencia de la nación luego del miércoles 20 de enero.

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