EE. UU.: golpea a anciana por no respetar el distanciamiento social
La mujer de 86 años murió al estrellar su cabeza contra el piso, mientras esperaba por una tomografía en un hospital de Nueva York, Estados Unidos.
Una anciana falleció el sábado 28 de marzo por la tarde tras ser empujada por una paciente en un hospital de Nueva York, Estados Unidos, al no respetar el distanciamiento social para evitar el contagio del coronavirus.
La víctima de 86 años, identificada como Janie Marshall, esperaba que le realizaran una tomografía computarizada en la sala de emergencias del Woodhull Medical Center de Brooklyn por una obstrucción intestinal que presentaba, cuando fue empujada por Cassandra Lundry, una paciente psiquiátrica de 32 años.
La octogenaria cayó y se golpeó en la cabeza contra el piso, muriendo horas después. Lundry señaló a los efectivos de la Policía de Health and Hospital Corp. que derribó a la mujer porque no respetó la distancia de un metro establecido por la autoridades sanitarias.
Janie Marshall de 86 años esperaba que le realizaran una tomografía computarizada en el Woodhull Medical Center de Brooklyn.
El asesinato de Marshall se convierte en el primer homicidio en la ciudad provocado por los temores del contagio por COVID-19. Las autoridades del nosocomio alertaron a la Policía del hecho cerca de las 10:30 de la noche debido a la gran cantidad de pacientes que atienden por las víctimas de la pandemia.
Cassandra Lundry fue dejada en libertad, pero recibió una notificación para presentarse ante la justicia que resolverá el caso. La anciana vivía sola y no tenía hijos. “Era una buena dama y muy servicial”, afirmaron los vecinos de la víctima.
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Los hospitales de Nueva York han colapsado debido a la gran cantidad de pacientes por COVID-19 durante las últimas semanas. La Gran Manzana se ha convertido en el epicentro del brote en los Estados Unidos, pues registra 59 513 casos positivos y 965 muertes, según información de los representantes de salubridad.
El gobernador Andrew Cuomo afirmó que 3572 pacientes diagnosticados con la enfermedad fueron dados de alta. Nuevos datos muestran que casi una cuarta parte de las personas que murieron por la pandemia en el estado eran residentes de hogares para ancianos.