Los monumentos más famosos, como la torre Eiffel o el Arco de Triunfo, acaban por fin huérfano de visitantes, incluso de los que pasan de noche para contemplarlos iluminados y sin sufrir a las multitudes.
El inicio de la medida a las 00.00 de este sábado se vivió con mucha tranquilidad y parsimonia en el centro de la capital, donde abundan los lugares de ocio nocturno. Los bares cerraron desde las 10 p.m.
Tras una noche de fiesta intensa pero acortada, tal vez de despedida de la vida nocturna para las próximas cuatro semanas que durará el toque de queda como mínimo (tal vez seis).
En la Rue Cadet, una pequeña vía peatonal, una pareja se besa con la ternura de dos adolescentes de una película de Truffaut. Tal vez sea la última noche que pueden salir juntos en hasta un mes y medio.