La agenda del doctor Jorge Hidalgo Penalillo está copada. En unas semanas volará a Miami para asistir al II Congreso Intercontinental de Medicina Antienvejecimiento, el cual preside. Es el único peruano entre más de 80 expertos del mundo. Hablará sobre su trabajo con células madre en procesos regenerativos y sobre una técnica inédita que viene desarrollando desde hace ocho años: una rinoplastia que, tras solo media hora de intervención, no deja secuelas ni afectaciones. Juvencia, su centro, trabaja bajo la filosofía ciencia, arte y armonía.
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¿Qué casos puntuales le impactan?
Desde hace mucho, la cirugía estética dejó de ser un mero asunto superficial. Como toda especialidad médica, busca cambiar vidas. Por ejemplo, he conversado con pacientes (adolescentes, sobre todo) que están devastados porque padecen bullying. En esos casos particulares, uno actúa llevado por la pasión, por algo que solo lo puede explicar la vocación. Es fácil verlo desde afuera, pero quizás un poco arduo ponerse en los zapatos de otros.
Usted ha dicho que un cirujano plástico es también un artista.
Creo en una consigna: que servimos para reconstruir autoestimas y sanar espíritus rotos.
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Luego de egresar de la Universidad Cayetano Heredia, empezó su carrera en EEUU trabajando con pacientes que sufrieron quemaduras.
Fue una etapa maravillosa y clave. Tratar a pacientes en esas condiciones me forjó el rigor y, desde luego, hizo que me abrazara con fuerza a la profesión. Y ese nexo sigue intacto.
Me comentaba también que ha tratado a víctimas de la informalidad y la desinformación. Hablo de los pseudomédicos...
Es atroz, pero sobre todo alarmante que sigan matando y destruyendo vidas. En efecto, he tratado a pacientes desfiguradas, con partes del cuerpo necrosadas, a causa de sustancias colocadas por estos impostores. Estoy muy identificado con derribar el intrusismo como miembro de la Sociedad Peruana de Cirugía Plástica y como médico certificado por el American Board de la especialidad.
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Igual la pregunta resuena: ¿cómo se lía ante esa desconfianza?
Siempre que hay oportunidad, pido un espacio para recalcar en mayúsculas lo siguiente: que todo producto tiene un registro sanitario y, antes de suministrarlo, debe ser evaluado por un médico. Investiguen al especialista. Vayan a lugares con aval. La mayoría de estas fatalidades ocurren en lugares impensados como peluquerías. Pacientes jóvenes que quisieron verse mejor y terminaron deformes o en un ataúd… es atroz. Para mí, un paciente es parte de mi familia, de modo que se debe tratarlo con respeto y sumo cuidado.
En cuanto a los avances científicos, ¿cuánto han salpicado al país?
Mucho. Quiero hacer hincapié en el uso de las células madre, un capítulo muy amplio que se está desarrollando de forma vertiginosa. Hoy por hoy se emplean “células maestras” de cordón umbilical o derivadas de la grasa. Su aplicación va más allá de lo estético, porque con ellas se están tratando enfermedades autoinmunes, antiinflamatorias, alzhéimer, inclusive cáncer. Los médicos estamos obligados a actualizar nuestros métodos e innovar. Todo éxito, al fin y al cabo, consiste en método y pasión.