Por: Daniela Mercado y Estéfany Luján
En el Perú casi a diario se revelan nuevas víctimas de feminicidio, pero poco se habla de los agresores. ¿Qué hay detrás de su mente criminal? ¿El feminicida nace o se hace? Lorena Álvarez, periodista y escritora, se hizo estas preguntas y plasmó las respuestas en su libro Primero muerta, asesinos de mujeres en el Perú. Desde su experiencia de agraviada, investigó historias que, asegura, dan miedo por lo perversas que son hasta el punto de parecer relatos de ficción.
¿Cuál es la diferencia de tu nuevo libro con el anterior No te mato porque te quiero?
Ambos hablan de violencia de género pero son independientes. No te mato porque te quiero lo enfoqué a la crítica del sistema de justicia con un lado testimonial, porque me tocó a mí, además de otras experiencias. Este segundo texto habla de los feminicidas, cuento sus vidas y me inserto en sus mentes criminales porque quiero entender si nacen o se hacen. Son seis perfiles abordados de manera multidisciplinaria, porque a quienes tenemos que mirar son a los agresores. El año pasado tuvimos cerca de 150 feminicidios y solo tuvimos cuatro condenas. ¿Dónde está la justicia para las demás? Muchos de estos crímenes pudieron haber sido evitados, entonces tangencialmente le dices al sistema judicial ¿cuándo vas a empezar a actuar?
¿Entonces sí incides en el fallido sistema de justicia?
Más bien en la obsolescencia del seguimiento a los casos, porque muchos de estos agresores tenían antecedentes. El asesino de Jimenita jugaba pichanga con los policías a pesar de tener tres denuncias por violación. El de Andahuaylas era parte del servicio militar. ¿Qué filtros hay? También hablo del feminicidio infantil, considerado como violación subsecuente de muerte. Esas niñas son víctimas de feminicidio y no hay procesados de esa manera. En los últimos tres años ha habido 500 niñas entre 10 y 14 años muertas luego de ser violadas.
En lo que va del año hay 93 feminicidios registrados.
Incluso, según qué número te toca, el caso es más relevante. O sea, si eres la víctima 100 será más importante que la 85. No hemos cubierto 93 feminicidios, ¿dónde están todas esas historias? Pero más importante es saber quién es el asesino. ¿En qué momento falló la sociedad en no detectarlo? En los colegios no les interesa estar atentos al machismo. Yo creo que cuando hay una mujer muerta, la sociedad falló. Por eso pongo el foco en los feminicidas, a los que posiblemente ya no puedas recuperar.
Los medios de comunicación juegan un rol importante.
Me miro yo en el espejo, desde mi rol de periodista, y me pregunto qué podemos hacer para no terminar haciendo el ‘manual del crimen’ y no caer en la revictimización. Lo dijo muy claro Arlette Contreras, no importa cuántos años pasen, lamentablemente cada vez que hables de ella va a salir el video en el que es agredida.
¿Qué repercusiones esperas lograr con este nuevo libro?
Quiero que genere conciencia sobre la salud mental. Una persona saludable no mata a otra. Si no distingue la realidad de la ficción, se debe ir a una cárcel psiquiátrica. Tenemos que abrir el espectro porque no estamos reduciendo los índices. Hoy en día el acceso a la salud mental en el Perú es un lujo. Yo estoy medicada con un neurólogo por estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada, y mi seguro privado no me cubre los medicamentos. Debemos hablar de esto porque es un derecho que no estamos viendo.