"Prende la tv y escóndete". Cuando Fujimori disolvió el Congreso, Bladimiro Begazo estaba en Arequipa. César Barrera lo alertó, horas después los militares ingresaron a su casa. El actual director de Correo recuerda que en el CADE de 1991 Fujimori expresó su fastidio con el orden institucional. ,Recuerdos del autogolpe del 92 en la memoria de exdiputados,Recuerdos del autogolpe del 92 en la memoria de exdiputados,Eran las diez de la noche del 5 de abril del 1992. Bladimiro Begazo, diputado izquierdista, leía los diarios en su departamento de Vinatea Reynoso, distrito de Bustamante y Rivero en Arequipa. En Correo, el diputado aprista Daniel Vera Ballón denunciaba que el gobierno vendería Cerro Verde a un precio de regalo. Begazo recibió una llamada telefónica de su colega César Barrera. Le pidió que prenda el televisor y que salga de su casa. En todos los canales de televisión Fujimori ordenó el cierre del Congreso. Se refugió en la casa de su hermana, que estaba a unas cuadras de la suya. Media hora después, militares llegaron a su departamento. Barrera no tuvo tiempo de huir, lo llevaron al Callao y lo retuvieron en un barco. PUEDES VER: Los cables secretos de EE.UU. sobre el autogolpe del 5 de abril En la capital De ese Congreso, Oscar Urviola Hani era primer secretario de la Cámara de Diputados. Ese día estaba en una reunión familiar en Miraflores (Lima). El celular que tenía, unos de los primeros que llegaron al país, perdió la señal. En pocos minutos todo su entorno se enteraba del cierre del Congreso. De inmediato Urviola partió rumbo a la casa del presidente de la Cámara de Diputados, el arequipeño Roberto Ramírez Villar, ubicada en San Isidro. Llegó sin dificultad hasta el lugar, pero la casa ya estaba rodeada de policías y militares. Ramírez tenía arresto domiciliario. Al día siguiente, Urviola regresó junto a Lourdes Flores, Rafael Rey, Fernando Olivera y otros. El cordón policial les impidió el paso. Ramírez del Villar coordinó con ellos desde su ventana. El entonces director del diario Arequipa al Día, Carlos Meneses, cuenta que esa ventana, de estilo arequipeño, quedó retratada en fotos periodísticas. Reacciones En los medios periodísticos de Arequipa el anuncio del presidente cayó justo al cierre de la edición. Meneses recuerda que soltó varias lisuras cuando vio la cara de Fujimori anunciando la disolución del Poder Legislativo. La determinación del presidente tomó por sorpresa a los departamentos del país. El país era tan centralista que el autogolpe solo se sintió en Lima. Ese día Meneses no modificó la edición, ni la portada, solo incluyó una nota mediana del anuncio del presidente. En los días siguientes hubo mejor cobertura. La edición de Correo Arequipa publicó la noticia en la portada. El actual director del medio, Hector Mayhuire, recuerda que apenas empezaba en el oficio. Llevaba dos años de periodista. Sin embargo, recordó que Fujimori preparaba ese autogolpe con meses de anterioridad. En el CADE de 1991, comisión que le tocó cubrir, percibió a un Fujimori con un discurso radical y confrontacional en contra de las instituciones democráticas. Su mensaje era de desprestigio total a los poderes del Estado. Días siguientes al autogolpe, él no vio ninguna restricción en los medios. Tampoco sintió ningún tipo de presión del Ejército ni de sus jefes. En la edición del 07 de abril publicaron las reacciones de autoridades, dirigentes y empresarios sobre el autogolpe. No hubo cambio sustancial en el manejo periodístico. Resistencia El lunes a primera hora, Bladimiro Begazo, junto a dos diputados, Fernando Ramírez y Jorge Velásquez, tomaron el bus de Ángeles Negros rumbo a Lima. La consigna era llegar a la capital para recuperar el Congreso. Por Arequipa eran nueve diputados, pero con el resto no pudieron contactarse. Los parlamentarios pararon en Ica. Fueron alertados de las medidas que estaba tomando el gobierno con los opositores. De ahí contrataron el servicio de un taxi para ir a Lima. Ya era la noche del 07 de abril. Por varios días intentaron ingresar al Congreso, pero fue en vano. Es así que el 21 de abril, en la que sería su última participación como diputado, Begazo apoyó la juramentación de Máximo San Román como nuevo presidente en el Colegio de Abogados de Lima. Dice que le impusieron la banda que usó el expresidente Fernando Belaúnde. San Román nunca pudo asumir el poder y la resistencia se debilitó. Después de unos días Begazo regresó a Arequipa y desde ese entonces nunca más volvió al Congreso. Dictadura Cívico-Militar El cusqueño Bernardo Dolmos Bengoa era uno de los representantes de izquierda en la Cámara de Diputados de ese congreso disuelto. Dolmos Bengoa asegura que ese día empezó, además de una ruptura del sistema democrático, una era de corrupción y violación de derechos humanos. “Ha sido un golpe que dio inicio a una dictadura cívico-militar. Empezó un capitalismo salvaje que implicó la privatización de todas las empresas estatales por más de 8 mil 500 millones de dólares, de los que solo se sabe el uso de 2 mil millones pero no se sabe el destino de los 6 mil millones restantes”, recordó. Aquel 5 de abril se puso en marcha la aplanadora que destruyó la legalidad en el Perú. Bengoa, como la mayoría de peruanos, recuerda con pena y algo de cólera que las instituciones fueran puestas al servicio de Fujimori y su séquito. El Poder Judicial, el Ministerio Público, el Consejo Nacional de la Magistratura, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Poder Legislativo y la prensa, con honrosas excepciones, se pusieron el kimono para servir al dictador. Para Bengoa, el ejemplo que deja esa fecha es que se debe defender la democracia y nunca más permitir la llegada de una dictadura que solo representa retraso para el país.