Voto a voto. La ONPE ya contabilizó poco más de la mitad de las actas y el candidato presidencial de Peruanos Por el Kambio supera a su rival Keiko Fujimori. Estos primeros resultados coinciden con la tendencia reflejada en el conteo rápido de GfK.,A falta de que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) confirme los resultados oficiales al cien por ciento, Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos Por el Kambio, juraría como nuevo presidente este 28 de julio. PUEDES VER: ONPE resultados al 88.02%: PPK 50.52% y Keiko Fujimori 49.48% El conteo rápido (técnica que aplica una muestra de actas a nivel nacional) de GfK otorgó a Kuczynski el 50,8% de los votos válidos, contra el 49,2% de Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular. Eso hace una diferencia de 1,6%. Ipsos, por su parte, le dio a Kuczynski el 50,5% y a su rival el 49,5%. En este caso la distancia entre ambos es solo del 1%. El conteo rápido tiene un margen de error del 1%. La diferencia entre ambos candidatos sería de unos 200 mil votos, aproximadamente. La diferencia, bastante estrecha por cierto, obliga a que la ONPE se pronuncie y le ofrezca al país las cifras definitivas lo antes posible. Ayer mismo este organismo electoral empezó a difundir sus primeros reportes. Mariano Cucho anunció, a las 9 de la noche, que al 36,1 % de las actas contabilizadas, Kuczynski acumulaba el 50,58% de los votos válidos mientras que Fujimori el 49,42%. A las 10:15 se presentó el segundo reporte: al 51,7% de actas, Kuczynski tenía el 50,59% de votos y Fujimori el 49,41%. Es decir, estos resultados iniciales parecerían confirmar la tendencia reflejada tanto por GfK como por Ipsos en el conteo rápido. Cucho anunció que la Oficina Nacional de Procesos Electorales, ONPE, tendría el 100 por ciento de los votos contabilizados recién hacia el viernes o sábado, esto debido a la demora en el traslado de las actas con votos de peruanos en el extranjero. Día agitado Kuczynski empezó su día con un desayuno en Mendocita, La Victoria. Luego votó en San Isidro y recibió los resultados en su local partidario de la avenida Arequipa. A las siete de la noche, el virtual presidente se dirigió a sus simpatizantes, acompañado por sus (virtuales) vicepresidentes, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz. Emocionado, pidió vigilar los votos y también llamó a la prudencia. Fujimori desayunó en Ate Vitarte, en el club La Hacienda. Votó en Surco y luego se dirigió al Hotel Meliá para escuchar las proyecciones iniciales. Al bordear las 8 p.m., la lideresa de FP improvisó un pequeño discurso a su militancia allí reunida. Dijo que las cifras anunciaban una competencia muy ajustada y dejó entrever que el voto rural y del extranjero podría terminar por inclinar la balanza a su favor. Fue una presentación dirigida para insuflar ánimo. A diferencia de Kuczynski, apareció sola, sin su vicepresidente José Chlimper, involucrado en un escándalo por la filtración de un audio manipulado para desacreditar la versión del ex colaborador de la DEA Jesús Vásquez. El otro candidato vicepresidencial, Vladimiro Huaroc, fue excluido por repartir dádivas, contraviniendo la ley. Sin embargo, y pese al anuncio de Fujimori (reforzado después por el vocero Pedro Spadaro), debe advertirse que el conteo rápido sí incluye tanto el voto rural como el que proviene desde fuera del país. En todo caso, queda claro que FP no admitirá ninguna derrota hasta que la ONPE no contabilice la última acta. En un contexto así, con márgenes tan estrechos, el trabajo que puedan realizar los personeros de ambas agrupaciones resultaría clave. Las razones del cambio Hasta hace dos semanas, las opciones electorales de Kuczynski se diluían con una campaña que no encontraba el norte, ni en la actitud ni en el discurso. Incluso, los sondeos que Fujimori ya había roto el famoso empate estadístico. La mayoría de los analistas sostenían que la hija de Alberto Fujimori tenía la primera chance de obtener la victoria. Una serie de hechos, sin embargo, terminaron por cerrar la brecha. Se pueden mencionar algunos: el apoyo explícito de la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, a favor de Kuczynski para –según sus propias palabras– cerrarle el paso al fujimorismo. A cargo de un análisis más fino que se tendrá que hacer en los días siguientes, este respaldo de Mendoza, al parecer, resultó clave porque Kuczynski superó, por mucho, a Fujimori en el sur del país, donde precisamente el FA había pisado fuerte en abril. Un segundo factor a tomar en cuenta para explicar esta virtual victoria de Kuczynski es que FP no pudo contrarrestar los fundamentados señalamientos por vínculos con delitos serios como el lavado de activos del narcotráfico. Esto se agravó con el cuestionable papel desempeñado por Chlimper, que hizo recordar viejas mañas del fujimorismo de los noventas. Y no menos importante, hay que considerar que Kuczynski fue capaz en los últimos días de campaña de marcar la cancha y definir esta elección en una suerte de plebiscito: de un lado, la honestidad y el diálogo y, del otro, el autoritarismo y la posible irrupción de un “narcoestado”. El debate del domingo pasado fue clave para llevar este mensaje y despertar el sentimiento antifujimorista, el que se vio muy bien reflejado en la multitudinaria marcha celebrada el martes 31. Si las tendencias se mantienen –en realidad, no deberían modificarse demasiado– Kuczynski jurará a la presidencia en reemplazo de Ollanta Humala Tasso. Será una ocasión simbólica, porque será la primera vez en la historia republicana nacional que asuma, por cuarta vez consecutiva, un presidente elegido de acuerdo con las maneras democráticas. Además, al nuevo presidente le tocará conducir al Perú rumbo a su bicentenario, en julio del 2021. En el cuartel electoral de PPK el clima general era de alegría. Aunque los códigos de conducta en este tipo de situaciones obligan a mantener posiciones cautelosas, la sensación extendida entre los alfiles de Kuczynski es que su triunfo es inminente. Si se piensa que hace dos semanas este era un candidato casi desahuciado, la palabra más mentada allí fue “remontada”.