Después de arduas gestiones en Estados Unidos, esta semana los pobladores de Taray, en Cusco, celebraron a lo grande el retorno de dos finas obras de la Escuela Cusqueña que fueron sustraídas del altar mayor de su capilla.,El retorno de los lienzos robados,El retorno de los lienzos robados,En estos días todos los poblados en Cusco celebran a su manera la proximidad del Inti Raymi o Fiesta del Sol, pero en el distrito de Taray -en pleno Valle Sagrado de los Incas- prefieren festejar con pasacalles el retorno de dos lienzos robados hace 16 años de la capilla de Santa María Magdalena. No les faltan razones para tanta regocijo. Los denominados "robos sacrílegos" son noticia cada cierto tiempo pero la Policía nunca da con los ladrones. De ahí que la recuperación de dos lienzos de la Escuela Cusqueña robados en el altar mayor de la capilla bien valga una fiesta. PUEDES VER Celebración del Señor de Choquekillka, patrón del distrito de Ollantaytambo [FOTOS] Todo empezó el 7 de octubre del año 2001, cuando los ladrones aprovecharon las celebraciones de la Virgen del Rosario para ingresar a la capilla de Taray y robar los lienzos de San Antonio Abad y Santo Tomás de Aquino, que desde hace cientos de años decoraban el altar mayor. El guardián del templo presentó la denuncia en la sede de la Policía Nacional, en Calca, y, para variar, no pasó nada. En el 2006, este documento fue "archivado", un eufemismo que la Policía usa para referirse a la incineración de denuncias con delitos nunca resueltos. Para suerte de los peruanos, existe un acuerdo con los Estados Unidos de América que permite investigar y repatriar el tráfico de bienes culturales. Y los gringos sí se toman en serio estas denuncias. A principios de marzo del 2009, agentes del U.S Deparment of Homeland Security notificaron al entonces Instituto Nacional de Cultura del Perú (INC) la inminente subasta de bienes culturales religiosos en la Galería de Arte Austin Action, de Texas. Funcionarios del INC identificaron 14 piezas de procedencia peruana, entre ellas, los dos lienzos robados en Taray. Por aquellos años aún no se terminaba de implementar el catastro de bienes culturales, así que el INC solo pudo reclamar cuatro lienzos. Los dos de la capilla de Taray, uno de San Ignacio de Loyola que había sido robado en Marangani, provincia de Canchis (Cusco); y otro lienzo de la Virgen de la Candelaria hurtado en Surimana, patria chica de José Gabriel Condorcanqui, en la provincia cusqueña de Canas. La recuperación Según el expediente de recuperación elaborado en el 2009: "El propietario de los 14 lienzos, Carlos de la Puente, presentó varias declaraciones juradas de familiares y amigos que manifestaban haber visto las obras en su domicilio en Estados Unidos desde antes del año 1997. Sin embargo, no pudo presentar documentación que autorizara la salida de las obras del Perú; como tampoco pudo demostrar específicamente que los 4 lienzos identificados hubieran estado en su poder antes de la fecha del robo...". Mientras avanzaba la gestión del INC surgieron más problemas. Un experto del International Foundation for Art Research (IFAR) -entidad que realizó el catastro de obras de arte cusqueñas en los años 80- argumentó que el lienzo de San Antonio Abad no era el que había sido robado en la capilla de Taray. Sin embargo, los funcionarios del INC peruano demostraron que ese lienzo y otros habían sido intervenidos (retocados) para disimular algunas características básicas. El proceso duró varios años más, hasta que en el 2013 los lienzos de San Ignacio de Loyola y de la Virgen de la Candelaria fueron restituidos a la Embajada Peruana en Washington, repatriados en mayo de 2013 y entregados ese mismo año al Arzobispado del Cusco. Mientras que los lienzos de Taray fueron entregados al Consulado del Perú en Houston (Texas) y llegaron al Perú el año pasado, luego de permanecer retenidos como pruebas por la oficina central del Customs and Border Protection (CBP). En total, tuvieron que pasar 16 años de arduas gestiones internacionales para que los pobladores de Taray celebraran el retorno de sus antiguos lienzos que hoy vuelven a decorar su capilla. A las danzas y pasacalles se sumó el homenaje a Blanca Alva, Directora de Defensa del Patrimonio del Ministerio de Cultura, y al monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, arzobispo metropolitano de Cusco.