A once días del estreno mundial de 'Sép7imo día (no descansaré)', en el Luna Park de Buenos Aires, Domingo conversó con Michel Laprise, el director del show con el que el Cirque du Soleil honra a Soda Stéreo. “Los fans sentirán el espíritu de Cerati”, promete.,El Circo del Sol,El Circo del Sol,El Circo del Sol,El Circo del Sol, Era él. En el riff de guitarra, y luego en la voz. Corría finales de 2015, y Unísono, el estudio de Gustavo Cerati en Florida, Buenos Aires, su última casa y la de Soda Stéreo, donde ensayaron su gira 'Me verás volver', en el 2007, había reabierto sus puertas, después de años, a conocidos visitantes y a un extraño. PUEDES VER: El peruano que desembarcó en Normandía Los conocidos: su hermana Laura y sus camaradas de la banda: el bajista Zeta Bosio, y el baterista Charly Alberti. El extraño: un canadiense-francés llamado Michel Laprise, quien meses atrás no sabía ni quién era Cerati ni qué era Soda. Su presencia allí obedecía a conocimientos y responsabilidades mayores: a Laprise se le había encargado la dirección del primer espectáculo -aún sin nombre- del Cirque du Soleil con una temática latina, y a la vez el cuarto, basado en íconos musicales (antes Viva Elvis, Michael Jackson ONE y The Beatles Love). De Laprise dicen los fundadores de la compañía canadiense que es una "hormiguita que trabaja muy duro para crear emociones". Qué mejor manera de hacerlo que 'conocer' al líder, en su estudio, escuchando una versión inédita de 'De música ligera' de finales de los ochenta, cuando su voz era una vertiginosa explosión. La bandera de Turquía, un retrato del 'Flaco' Menotti (otrora entrenador de la selección de fútbol argentina), portadas de los Beatles. Rastros y más rastros que Cerati dejó en aquel espacio de creación. Al terminar la canción, Laprise tocó el viejo grabador que produjo discos como 'Dynamo' (1992) y 'Rex Mix' (1991) y dijo sin complicarse, en su reducido español: "aquí es". El resto asintió al unísono. Signos Un año y medio después de la oficialización del show, y tres años y medio después de la idea, cuando Cerati se mantenía en un sueño irreversible, 'Sép7imo día (no descansaré') está a solo once días de su estreno, en el mítico estadio Luna Park de Buenos Aires. Hace dos viernes los 35 acróbatas, de 14 nacionalidades, realizaron su primer ensayo con público a puertas cerradas. Por estos días, en los que las ansias carcomen, las novedades oscilan entre los récords de taquilla, cada vez más sorprendentes, y los adelantos que los productores lanzan a los fans, como pequeños chorros a leones sedientos. Solo en Argentina se han vendido 320 mil entradas para las 70 funciones en el Luna Park entre el 9 y el 14 de marzo, dejando una recaudación de 32 millones de dólares. Se prevé que al término de la gira por Perú, Chile, Colombia y México se rebase con facilidad los 100 millones de dólares. En cuanto a las primicias, ya se sabe que la voz de Cerati iniciará el show. Que se incluirán entre 25 y 27 canciones en actos de cuatro minutos (una rareza para el Cirque que acostumbra acondicionar los números con siete minutos). Que existe un personaje llamado Vinila que lucirá una cabellera rubia en forma de guitarra eléctrica. Y que se incluirá una réplica de la Jackson Soloist azul, la guitarra principal de Cerati en los ochenta, que dejó de utilizar tras rompérsele el mango, y que fue reparada para 'Me verás volver'. Estas últimas novedades las ha dado a conocer Laprise, vía redes sociales. Desde el año pasado, por lo menos una vez al mes, el canadiense, natural de Québec, ha tenido contacto con los sodamaníacos. De hecho, en otra de las aperturas del Cirque, es la primera vez que el público participará de una de las escenas. Cuando suene 'Primavera cero' sobre el cuerpo de un bailarían se proyectarán fotos de los fans. “El miedo es un muy mal consejero. Escucho más a la pasión y al coraje”, dice sobre su experimento social. Antes de leer cualquier libro biográfico sobre Cerati, Laprise se enrumbó a Argentina, la ciudad de la furia. Visitó su casa, su estudio, y su tumba. Conversó con la mamá (Lilian Clark), la hermana (Laura Cerati), y el hijo (Benito Cerati). Y empezó a desayunar, comer y cenar con Soda. Soda al despertar, y Soda al acostarse. Solo después se puso a trabajar. Desde tres lugares: Montreal, en las oficinas centrales del Cirque donde montaron una sala; Los Ángeles, donde se pulieron las canciones; y el microestadio de Tecnópolis, donde se llevan a cabo los ensayos. -¿Cuál ha sido la parte más difícil de la realización? -La música, sin duda. La música de Soda es sagrada. Está tan bien construida que cambiar una nota hubiera sido como restaurar la Capilla Sixtina. Hemos buscado la autenticidad. En esa búsqueda se embarcaron, cómo no, Zeta, Charly, y Adrián Taverna, el sonidista de siempre de Soda. Zeta resume su tarea: “aprendimos a escuchar con los ojos para adaptar los temas a cada acto”. Música viva, y ligera Michel Laprise, cuarto hijo de un electricista y una enfermera, comienza cada día con una hora y media de silencio. Dice que lo ordena, en su oficio de emocionar. Primero como cazatalentos y luego, desde el 2006, como director de eventos especiales del Cirque (inauguraciones de las Olimpiadas), Laprise se mantiene en su objetivo de despertar los mismos efectos que sintió cuando vio por vez primera al Cirque du Soleil, con su padre, a los doce años. Será su madre, no obstante, quien lo acompañará el 9 de marzo, en el estreno. “Su presencia es muy importante para mí. Ese día estaré muy excitado. Quiero que sea el mejor día de sus vidas. Que lo sientan como si fuera su boda -comenta-. No es una mirada al pasado, sino al futuro, hacia nuevos territorios de creación. Queremos generar el mismo shock que cuando Soda lanzaba un disco”. Y se vivirá con la misma euforia: se ha habilitado una zona, muy cerca del escenario, sin butacas para que los sodamaníacos vibren con el espectáculo, como si de un concierto se tratase. “Me volaron la cabeza. Fue tremendo todo”, ha dicho, optimista, Benito Cerati, calco de su viejo Gustavo y también rockero. La familia, como es natural, ha sido trascendental para sostener la carpa. “Aceptamos el proyecto, porque confiamos en que lo artístico sirve para renacer. Si se me apareciera mi hermano le diría: 'Gus, hicimos lo mejor posible, con la pasión que tenías vos'”, sostiene Laura. Lilian Clark, la madre de tantas noches frente a su nene, apoya la obra, aunque mantiene reservas sobre sus reacciones al verla: “(Sép7imo Día) nos acerca más a él, aun cuando necesitemos alejarnos de su recuerdo”. -¿Qué es lo más emotivo que ha escuchado de la familia y los fans durante todo este tiempo? -Que Soda es el soundtrack de sus vidas. Que los remite a sucesos importantes. Conectar todo eso con las acrobacias ha sido todo un desafío. También está la figura de Gustavo (Cerati), y la relación, sin máscaras, que ha desarrollado con ellos. -¿Qué representa Gustavo para usted? -Lo de Gustavo (muerte) es una inspiración, porque quiero entender y celebrar la vida. Responderle con gloria a la tristeza. Se murió sí, pero su música está viva. -¿Es consciente de que la mayoría de personas esperan encontrar su espíritu en la obra? -Gustavo está muy presente. Los fans podrán sentir su espíritu. Él estará con nosotros en el estreno y en cada una de las giras. No necesita pasaporte, por fortuna. Quiero hacer cosas imposibles, predijo el Cerati solista. Este 9 de marzo en Buenos Aires, y del 17 al 24 de junio en Lima, el público corresponderá al unísono: gracias totales.