Este miércoles 29 de junio, R. Kelly fue sentenciado a 30 años de prisión por lo delitos de crimen organizado, abuso y tráfico sexual de mujeres y niñas. El cantante fue hallado culpable luego de las declaraciones en su contra.
El artista de 55 años escuchó el testimonio de siete mujeres, quienes dieron testimonio de los episodios donde fueron violentadas y sometidas a una serie de abusos.
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Previo a la sesión de hoy, la juez federal que preside el juicio, Ann Donnely, denegó una última petición hecha por la defensa de R. Kelly, que solicitaba la absolución del artista o repetición del juicio.
En su escrito, la magistrada resumió que “una estrella de la música internacional fue acusada de usar su fama y su organización para atraer a jóvenes a relaciones sexuales abusivas, una empresa de crimen organizado que, según el Gobierno, duró unos 25 años”.
R. Kelly miró hacia bajo y se quedó inmóvil mientras escuchaba la sentencia.
A lo largo del proceso, la Fiscalía llamó solicitó “a 45 testigos y presentó cientos de pruebas, incluidas escritas, y grabadas en vídeo y audio del abuso al que el acusado, con la ayuda de sus empleados y asociados, sometió a sus víctimas”.
Los fiscales habían pedido a la jueza una sentencia superior a los 25 años, y una multa entre 50.000 y 250.000 dólares “a la luz de la gravedad de los delitos, la necesidad de que sirva como disuasión y la necesidad de proteger al público de nuevos delitos del acusado”.
Sin embargo, la defensa había pedido que no superara los diez años, alegando, la “traumática infancia del acusado, incluidas las evidencias de una historia de abusos sexuales por miembros de la familia y no familiares”