Patricio Quintanilla Paulet
Rector U La Salle
Se ha iniciado la Fase 2 del proceso de reactivación, incluyendo 57 nuevas actividades, que según anuncio del Presidente de la República, podremos llegar al 80% de la actividad económica del país, lo cual mejorará el nivel de ingresos de las familias peruanas, por el efecto multiplicador que éstas tienen.
Entre ellas se encuentran nuevas actividades de manufactura; comercio en conglomerados comerciales, pero a puerta cerrada; venta y reparación de vehículos automotores; servicios profesionales diversos; protección y seguridad entre otros. Todos ellos, generadores de puestos de trabajo.
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Uno de los problemas que se presentaron en la Fase 1, fue la demora de los diferentes sectores de establecer los protocolos sanitarios para iniciar actividades productivas y comerciales; en la Fase 2, hay un cambio importante.
El Decreto Supremo N° 101-2020-PCM, recientemente publicado, suspende la obligatoriedad de actuar con el protocolo autorizado por el sector respectivo, sino que las empresas ingresan su protocolo sanitario al Sistema Integrado para COVID-19 en el Trabajo (SICOVID) y, sin esperar respuesta, puede empezar a operar; el control del Estado será posterior.
Con este mecanismo se simplifica el proceso de iniciar actividades de 780,000 empresas, de las cuales 93% son microempresas, según lo declarado por la Ministra de la Producción. Este es un gran paso en la reactivación; sin embargo se excluye a las regiones con mayor incidencia de contagios, como es el norte, Loreto y algunas más de la costa.
La responsabilidad de una adecuada protección, es ahora responsabilidad de las empresas; el Estado-Policía, en el campo productivo está dando paso al Estado-Regulador, porque el control será posterior.
Es una oportunidad para que los empresarios, especialmente micro y pequeños, demuestren a la sociedad, que son capaces de apoyar el crecimiento, con respeto irrestricto de las normas.