Escribe: José Frank Ragas Rojas*
La población que en dos meses más va a formar parte de la nueva república, apenas ha cambiado durante las últimas décadas del virreinato. Las grandes transformaciones que sacudieron al territorio ya tuvieron lugar: las epidemias traídas por los conquistadores apenas son recordadas, la recuperación demográfica de la población indígena es un hecho, el tráfico esclavista continúa, pero no es una novedad, y es cierto que hay una inmigración reciente de europeos, pero esta apenas modifica el panorama general. Que no haya cambios bruscos en la composición social no significa que se trate de una sociedad inmóvil.
Si un funcionario del nuevo régimen pudiese disponer de uno de esos globos aerostáticos que son tan populares en Europa y se elevara lo suficiente, notaría un hormigueo de personas desplazándose a lo largo y ancho del territorio. Contar esa población, poder saber desde dónde y hacia dónde van, y quiénes son, fueron siempre obsesiones de las autoridades coloniales. Estas utilizaron cuanto recurso tuvieron a la mano, desde padrones hasta pinturas como los cuadros de castas, con el propósito de clasificar y entender a esa masa humana, cuyo trabajo ayudó a mantener no solo el virreinato sino el imperio español por casi trescientos años.
En la colonia, los peruanos no son iguales. La sociedad se encuentra separada en diversos grupos, bajo una división que se mantendrá incluso después de la República. Los españoles son el grupo privilegiado. Pero la población indígena es la mayoría, y sobre esta recae el trabajo forzado y el pago del tributo, que desaparecerán en 1855. Los esclavos, prácticamente secuestrados de África, residen principalmente en la costa. Y junto a ellos, otros grupos como los criollos, los mestizos, los mulatos y los indígenas forasteros, constituyen testimonios vivos de la complejidad de esta sociedad y de los estrechos vínculos entre sus miembros.
Los funcionarios coloniales intentaron conocer el total de la población, y el último censo publicado en la década de 1790, arrojó un total de 1′239,197 personas. Hay que esperar tres décadas para tener otro censo, esta vez el primero de carácter nacional (aunque incompleto), para conocer que el total de habitantes es de 974,176 peruanos y peruanas. La diferencia entre ambos recuentos se puede explicar de varias maneras, pero hay que considerar que la transición hacia un régimen autónomo implicó el desorden en el nombramiento de funcionarios y el reordenamiento del territorio. Asimismo, las Guerras de Independencia y el consiguiente caos va a impedir recoger datos confiables y remitirlos para su tabulación final.
Una de las primeras medidas del nuevo régimen será desmantelar —en la medida de lo posible— el sistema colonial. Ello implica establecer la igualdad entre los grupos sociales, una medida resistida desde diversos frentes y que no podrá ser llevada a la práctica, al menos no de manera inmediata. La dependencia de la producción y los ingresos fiscales sobre los esclavos y los indígenas, y la oposición de la élite por alterar el orden social serán factores que pospondrán la aplicación de los principios liberales de igualdad. Así, José de San Martín no podrá abolir la esclavitud, por lo que tendrá que conformarse con dar una libertad de vientres para aquellos nacidos desde 1821.
Lo mismo ocurrió con la población indígena. Cancelar el tributo que ellos pagan hubiese significado dejar sin rentas a diversas regiones, por lo que habrá que esperar hasta mediados de siglo, cuando el dinero del guano permita comprar la libertad de ambos grupos. Si bien los cambios demográficos apenas se van a notar después de 1821, lo cierto es que la Independencia va a abrir el camino para las grandes transformaciones sociales de los años siguientes: el fin de la esclavitud, la cancelación del tributo indígena, la migración a la capital, la apertura a la inmigración europea y asiática y la expulsión de los españoles tras su derrota en Junín y Ayacucho.
(*) Profesor Asistente en el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile, y PhD por la Universidad de California, Davis.
Casta
Mestizo (español + india) Castizo (mestizo + española) Español (castizo + española) Mulato (español + negra) Morisco (mulato + española) Chino (morisco + española)
►Cronología de la independencia del Perú 1821
4-18 de may. Los negociadores del general San Martín y del virrey La Serna se reúnen en Punchauca. Se negocia un armisticio vigente hasta el 4 de junio. San Martín propuso el establecimiento de una monarquía con un príncipe español, previo reconocimiento de la independencia del Perú. No hubo acuerdo.
20 de may. Combate de Mirave en Puno. Victoria de Miller. Arenales ocupa Jauja.
23 de may. Se firma un armisticio entre realistas y patriotas. Arenales ocupa Tarma.
24 de may. El general Antonio José de Sucre vence al jefe realista Aymerich en Pichincha.
1 de jun. Batalla de Higos Urco, cerca de Chachapoyas.
2 de jun. Entrevista de San Martín con La Serna en Punchauca.
4 de Jun. Jaén proclama su independencia.
17 de Jun. Colombia agradece los auxilios peruanos en Pichincha.
24 de Jun. Bolívar vence en Carabobo y libera a Venezuela.
►Fuente: M. Guerra, coord., Cronología de la independencia del Perú, 2016.