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Ciencia

¿Por qué la variante británica del coronavirus podría provocar mayor mortalidad?

Aunque la evidencia presentada por investigadores de Reino Unido aún es preliminar y requiere más estudios, su mayor mortalidad puede ser una consecuencia de que sea más contagiosa.

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Funcionario de salud en Francia con una muestra nasal para descartar COVID-19. Foto: AFP

La variante del coronavirus detectada primero en Reino Unido y luego en más de 50 países —incluido el Perú— parece ser más mortal, según informó el viernes 22 de enero el primer ministro británico Boris Johnson, quien se basó en un reciente estudio preliminar para hacer su anuncio.

Dicho documento fue presentado el 21 de enero por científicos del Grupo Asesor sobre Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes (NERVTAG), que se encarga de asesorar el Gobierno de Reino Unido.

El estudio reúne un conjunto de análisis realizados por universidades y la agencia de Salud Pública de Inglaterra: muestran las tendencias en el número de personas que mueren con la variante británica (B.1.1.7) y las variantes del virus que circulaban antes.

En promedio, B.1.1.7 se asoció a un aumento de la mortalidad de 30%, lo cual fue explicado por el asesor científico de Johnson, Patrick Vallance: “Con 1.000 personas de 60 años infectadas con la variante anterior, se podía esperar que 10 de ellas murieran. Pero ahora esto se eleva a alrededor de 13 (fallecimientos) con la nueva variante”.

Sin embargo, los autores indican que la investigación tiene importantes limitaciones, como el hecho de que la cantidad de muertes analizada representó en algunos casos menos del 10% del total.

Manuel Loayza, epidemiólogo del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Perú, explica a este medio que la evidencia mostrada “todavía no es contundente” como para determinar que se reflejará en la población infectada con B.1.1.7.

En ese sentido, destacó que aún se está realizando el seguimiento a los pacientes con esta variante, que se asocia también con una mayor capacidad de contagio.

Los investigadores del NERVTAG escribieron: “Dado que el lapso de tiempo entre la infección y la hospitalización y la muerte es relativamente largo, los datos (sobre la mortalidad) se acumularán en las próximas semanas, momento en que los análisis serán más definitivos”.

Si bien la mayoría de expertos son cautelosos ante estos indicios, consideran que una mayor letalidad podría tener algunas explicaciones.

Carga viral

Leslie Soto, infectólogo del Hospital Cayetano Heredia, considera que existe una clave en la carga viral (la cantidad de virus) en las personas.

Se sabe que la variante B.1.1.7 presenta una serie de mutaciones que aparentemente le permiten infectar las células con mayor facilidad. Esta característica, además de volver al virus más transmisible, puede permitir que se multiplique más rápido dentro de cuerpo.

Imagen de microscopio electrónico que muestra al SARS-CoV-2 aislado de un paciente en EE. UU. Crédito: NIAID.

Soto compara al sistema inmune con un luchador de karate: “Si te atacan tres o cuatro, te defiendes, pero si vienen 15, ya no puedes. Por eso, la gran cantidad de virus (millones de ellos) en ciertas personas puede crear una reacción inflamatoria más severa, por tanto, necesitarán oxígeno más pronto y habrá menos tiempo para lograr que se recupere”.

Un estudio aún no revisado por expertos publicado a finales de diciembre registró que alrededor del 35% de los pacientes infectados por B.1.1.7 tenían niveles altos del virus en sus muestras, en comparación con el 10% de los pacientes sin esta variante.

“Hospitales repletos”

Tanto Loayza como Soto estiman que una mayor mortalidad de la variante de Reino Unido puede ser una consecuencia de su mayor capacidad de contagio.

“La mayor transmisión genera un aumento de casos graves que llegan al hospital y no hay camas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)”, señala Loayza.

“En la segunda ola en Perú, esa va a ser la razón de la mayor cantidad de muertes”, dice Soto, quien ya observa esta situación de cerca. “Los hospitales están repletos, no tenemos camas UCI, la cantidad de oxígeno no es suficiente para la cantidad de personas enfermas”.

El infectólogo refiere que ahora está tratando a muchos pacientes con COVID-19 en sus domicilios. Ellos tienen oxígeno, pero muchos otros no poseen acceso a este gas preciado.

“Nos enfrentamos a un virus más agresivo, en el cual hay una reacción inflamatoria más rápida”, lamenta.

Una perspectiva similar es compartida por el intensivista Alan Tufino, del hospital Sabogal, quien relató a La República que el tiempo en que los enfermos demoran en presentar síntomas ahora es menor: antes eran 10 días, ahora son siete.