La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca en su página web que el uso de la mascarilla es parte esencial para evitar el contagio de coronavirus y su uso se debe convertir en un acto común cuando interactuamos con otras personas. Sin embargo, ¿con la llegada de las vacunas dejaremos de llevarla puesta?
Luego de que las empresas biomédicas Pfizer y BioNTech demostraran la efectividad de sus inmunizaciones en un 90%, Jaime Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología (AEV), apuntó que no debemos quitarnos las mascarillas porque, si bien evitan que los síntomas proliferen, “una persona vacunada podría tener el virus y contagiar a otras personas”.
En adición, Pérez expresó al medio ABC que los asintomáticos, por fortuna, no transmiten tan fácilmente la COVID-19 en comparación a las personas con síntomas. Cabe la posibilidad, por otro lado, de que un porcentaje de la gente vacunada también sea un tipo de foco de contagio.
Según el artículo ‘Cuatro escenarios sobre cómo podríamos desarrollar inmunidad a la COVID-19′ de la periodista canadiense de salud global, Helen Branswell —en el portal estadounidense Statnews—, el virus puede contraerse de nuevo, por lo tanto, bajar la guardia no es recomendable en ningún caso, mucho menos desdeñar la postura del cubreboca quirúgico.
Dentro del análisis de Branswell, Vineet Menachery, investigador de coronavirus en la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston, detalló: “No creo que usemos máscaras en dos o tres años para este virus”.
Asimismo, Menachery propuso cuatro escenarios acerca de la interacción humana en pandemia a través de los años:
Jaime Pérez recalcó el factor indispensable de llevar siempre mascarilla, mantener distancia social y, sobre todo, no confiarnos por haber recibido la vacuna. Para él, aunque hemos dado un paso relacionado a derrotar la pandemia, no sabemos cómo las inmunizaciones funcionan a ciencia cierta.
Si las vacunas evitasen contagios, tampoco deberíamos abandonar el uso de las mascarillas por una sencilla razón: la generación de anticuerpos no se registra de golpe. Las empresas Pfizer y Moderna dejaron en claro que la mejor efectividad se activa al inocularse dos dosis separadas por 28 días.