Muchedumbre celebra en Damasco la caída de Bashar al Asad
Miles de sirios celebraron este viernes en las calles la "victoria de la revolución" tras la caída del presidente Bashar al Asad, derrocado por una fulgurante ofensiva lanzada por una alianza de grupos rebeldes liderada por islamistas.
"Quiero felicitar al pueblo sirio por la victoria de la revolución y los llamo a salir a las calles para expresar su alegría", declaró Abu Mohamed al Jolani, el jefe del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que lideró la coalición rebelde.
Turquía, vecina de Siria que respaldó a uno de los grupos rebeldes y celebró la caída de Bashar al Asad, anunció que el sábado reabrirá su embajada en Damasco, la capital. Una delegación de Catar viajará también el domingo a Siria para preparar la reapertura de su embajada, indicó un diplomático de ese país.
La alianza rebelde se apoderó el domingo de Damasco tras una ofensiva de 11 días que logró sacar del poder a la familia Al Asad, que gobernó el país con puño de hierro durante 50 años.
Miles de hombres, mujeres y niños se congregaron el viernes en el centro de Damasco y en otras ciudades como Alepo, en el norte, y Sueida, en el sur, en un ambiente festivo y con la bandera de tres estrellas, símbolo del movimiento prodemocrático de 2011, adoptado por las nuevas autoridades.
"Los Asad padre e hijo nos oprimieron pero nosotros liberamos nuestro país de la injusticia", celebró en Alepo un policía de 47 años.
"Hoy es el viernes de la victoria", lanzó Tesnim Chelha en medio de los festejos en Homs.
"Unido, unido, unido, el pueblo sirio está unido", entonaron los fieles en la mezquita de las Omeyas de Damasco, donde acudió el primer ministro encargado de la transición hasta el 1 de marzo, Mohamad al Bashir.
- Evitar un resurgimiento del EI -
El clima de júbilo, sin embargo, estuvo también teñido de gravedad.
Decenas de fotos de personas desaparecidas a manos de los antiguos servicios de seguridad fueron expuestas en las paredes de la mezquita, un recordatorio de la dolorosa búsqueda de sus familiares tras décadas de represión.
El país, azotado por 14 años de guerra, enfrenta múltiples desafíos. Pero las nuevas autoridades intentan llevar mensajes de calma mientras la comunidad internacional se moviliza.
Los dirigentes de los países del G7, que reúne a las principales potencias occidentales, dijeron que apoyarán un gobierno "inclusivo" y exigieron que respete los derechos de las mujeres y las minorías.
Jordania acogerá el sábado una cumbre sobre Siria con ministros y altos representantes diplomáticos estadounidenses, europeos, árabes y turcos.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, repitió en Irak y en Turquía que Estados Unidos trabajará para evitar que reaparezca el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
En Jordania, hizo un llamado a una "transición inclusiva" que conduzca a un gobierno "responsable y representativo".
HTS afirma que rompió con el yihadismo, pero sigue en la lista que la clasifica como "terrorista" por varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos.
Un comandante de HTS, Abu Hasan Al Hamwi, declaró al diario británico The Guardian que la ofensiva se planificó hace un año, pero que el grupo consideró que era el momento de lanzarla a finales de noviembre.
Varios actores respaldados por distintas potencias participaron en la guerra en Siria, que dejó más de medio millón de muertos y forzó a huir a unos seis millones de personas, una cuarta parte de la población.
- Puente humanitario de la UE -
En el noreste de Siria, Turquía apoya a grupos rebeldes sirios que luchan contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Las FDS, dominadas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos, son consideradas como grupo terrorista por Ankara.
Turquía no permitirá "jamás la debilidad en la lucha contra" el EI, aseguró el jueves el presidente Recep Tayyip Erdogan a Blinken.
Pero subrayó su determinación a impedir que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, separatista) se aproveche ahora de la situación en Siria, refiriéndose a esta agrupación considerada por Turquía como terrorista y núcleo de las FDS.
El jefe de la diplomacia turca, Hakan Fidan, afirmó que su país convenció a Rusia e Irán, aliados de Al Asad, de no intervenir durante la ofensiva rebelde. "Los rusos y los iraníes vieron que ya no tenía ningún sentido intervenir", dijo.
En la frontera sur de Siria, el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, ordenó el viernes al ejército que "se prepare para permanecer" todo el invierno boreal en la zona de contención entre Israel y Siria, en la meseta de los Altos del Golán, parcialmente anexada por Israel.
Israel realizó en los últimos días cientos de ataques en Siria contra instalaciones militares estratégicas. Su objetivo es que los equipos del ejército sirio no caigan en "malas manos", declaró Blinken.
La UE anunció el viernes que implementará un "puente aéreo" para entregar 50 toneladas de ayuda humanitaria, la primera operación de ayuda europea desde la caída de Al Asad.
bur-cab/hme/pb-sag/nn