Santuario y mirador. El cerro El Pacífico, vecino a Huaca Garagay, emerge entre las urbanizaciones de Los Olivos. En su cumbre, milagrosamente salvada de las invasiones, se han rescatado los restos de una antiquísima huaca que sirvió para la génesis urbana de la capital.,En aquellas épocas previas al invento de la cerámica, el paisaje de Lima desde las alturas de cerro El Pacífico, en el corazón del distrito de Los Olivos, debió ser lo más parecido a un edén: los campos de cultivo de maíz, frijol y algodón se extendían en dirección de los cuatro puntos cardinales y se perdían entre los bosques de árboles de lúcuma, pacay y guayaba. La dieta de proteínas y vitaminas estaba garantizada. Hacia el oeste, paralelo al litoral, se extendían las ciénagas pobladas de patos silvestres, camarones, peces de agua dulce y del indispensable junco y totora para confeccionar shicras, esas grandes bolsas trenzadas que sirvieron como basamento para la construcción de los primeros muros de piedra y adobe. En las extensas playas ubicadas frente a la isla de San Lorenzo se extraían mariscos, choros y la abundante anchoveta se podía pescar hasta con las manos. Hacia oriente, se extendían las suaves pendientes de las lomas del Rímac, donde se podían cazar cuyes silvestres, tarucas y camélidos sudamericanos. PUEDES VER: Profesores trabajan al mes 48 horas adicionales a su labor en el aula Casi cuatro mil años después, en la segunda década del siglo XXI, el paisaje cambió por completo. El "bosque" de fierro y cemento cubre casi todo el territorio limeño, con escasos espacios verdes de los parques públicos y "ríos" de autopistas donde circulan miles de automóviles. La cumbre del cerro El Pacífico y los restos del antiquísimo santuario-observatorio se conservó gracias al empeño de arqueólogos y autoridades, pero en sus faldas se extienden antiguas invasiones y no se pudo evitar la construcción de un enorme tanque de agua. Pero la sorprendente visión sigue siendo la misma. "El montículo ubicado en lo más alto es un buen ejemplo de cómo nuestros antepasados se apropiaron de un cerro para convertirlo en una huaca", explica el arqueólogo Luis Flores Blanco. "Para ello lo modificaron con plataformas, elaborando muros de piedras que incluso enchaparon la roca madre, previamente cortada. Nuestra investigación precisamente ha encontrado estas plataformas, destacando sus rellenos constructivos limpios, una muestra que sus ocupantes se esforzaron por mantener pulcros tales espacios. Esta idea de un lugar sagrado permaneció en el tiempo incluso luego de que El Pacifico fuese abandonado. Así lo demuestra el hallazgo de un contexto funerario de 2000 años, donde al menos dos llamas fueron sacrificadas y ofrendadas al sitio. Los restos óseos de estos camélidos están en el depósito del proyecto a la espera de un análisis especializado" Desde la cumbre del cerro El Pacífico se puede comprobar su ubicación estratégica. Equidistante de su cumbre se encuentra, a solo seis kilómetros, el litoral del Callao y Ventanilla. Y a la misma distancia, las cumbres de las lomas que hoy en día aún se cubren de verdor durante el largo invierno limeño. Para Flores Blanco "la construcción de Huaca Los Olivos representó la elaboración del primer ordenamiento territorial de Lima, donde El Pacifico representó la parte nodal de todo de todo un sistema de asentamientos que se distribuyeron en el milenario paisaje limeño. Su ubicación así lo demuestra. Es un lugar central localizado en la intercuenca de los valles del Chillón al norte y el Rímac al sur, desde donde se tuvo una gran visibilidad de todo este territorio". Las primeros construcciones en el cerro El Pacífico tienen unos 3800 años de antigüedad, según el experto, y es contemporáneo con Huaca Paraíso (en el valle del Chillón). Además, da a conocer el desarrollo de los antiguos templos en "U" en la Costa Central (período Formativo Temprano) "todo ello previo a que se aprecie la influencia de Chavín en la región, hace aproximadamente 3.000 años -sostiene Flores. Añade que "así, con el pasar del tiempo, El Pacifico se consolidó como eje de relación visual y social con los conjuntos de templos en "U" de los valles de Lima, tales como la vecina Huaca Garagay, La Florida, Pampa de Cueva, Chuquitanta y Pro" (ver infografía). Para el joven arqueólogo, "en El Pacifico hemos logrado develar la presencia de dos montículos piramidales con una compleja superposición de al menos tres ocupaciones. La más antigua es precerámica, de al menos 3800 años, pero se requiere más excavaciones para conocerla mejor. Por ejemplo, en el montículo más bajo recién hemos encontrado esta capa precerámica excavando dos metros de capas del Formativo Temprano, cuando las poblaciones ya hacían uso de cerámicas de color negra y marrón. Por lo menos pienso que abajo hay cuatro metros más de ocupación precerámica, pero se requiere, urgente, más excavaciones en el área". Investigaciones ad honorem y aportes de Los Olivos Flores Blanco reconoce que el sitio fue descubierto en 2005 por un grupo de alumnos de arqueología liderados por Abel Traslaviña. Ellos pensaron que el sitio era básicamente del periodo Precerámico. Posteriormente, en el 2011, el arqueólogo Lujan realizó una evaluación arqueológica tanto del Cerro El Pacifico como de los demás yacimientos existentes sobre el cerro Mulería con la finalidad de delimitar los sitios arqueológicos. Sin embargo, el sitio quedó en un limbo. El proyecto ha sido básicamente autofinanciado, ningún miembro del proyecto ha recibido un pago. Las investigaciones se realizaron gracias a los aportes de personas e instituciones, como la Municipalidad de Los Olivos. También por el empeño y preocupación de arqueólogos y estudiantes de las universidades de San Marcos y Federico Villarreal.