Universitaria de 22 años detectó irregularidad y pidió a operadora que las anule. Le sugirieron solo desconocer las líneas, pero ella fue más allá.,Con sus datos del DNI y el número de la nueva línea de celular prepago que presuntamente había adquirido, a Gina Cornejo Cari, una joven universitaria de 22 años, le empezaron a llegar en marzo pasado mensajes de texto informándole sobre unos contratos que nunca había hecho. Algo malo estaba ocurriendo. PUEDES VER: Revisa aquí si tienes más líneas telefónicas a tu nombre Preocupada, el 10 de abril, cuando todos estaban pendientes del proceso electoral de primera vuelta, Gina se acercó al Centro de Atención al Cliente (CAC) de Claro de un centro comercial en Lima norte pues sospechaba que alguien estaba comprando líneas móviles a su nombre. Y así fue. “Yo pensaba que serían unas cuantas líneas. Lo primero que pregunté fue cuándo se había hecho la última adquisición a mi nombre y me respondieron que el viernes 8. Pedí más información y es allí cuando me confirman que eran 278 líneas las que estaban a mi nombre”, relata. Demora en cancelación Agrega que la persona que la atendió en el CAC de la empresa en mención, mientras le contabilizaba las líneas, le preguntó en varias ocasiones si había trabajado en alguna empresa de telefonía. “Yo noté que la señorita desconfiaba de mí porque hasta ella se asombró de todas las líneas que estaban a mi nombre. En ese local me sugirieron solamente realizar el desconocimiento de esas líneas, pero como mi papá es policía en retiro me asesoró, pusimos una denuncia que pasó a la Divincri por la gravedad y exigimos que las anulen”, comenta Gina. Gracias a su insistencia, luego de 10 días Claro procedió a la cancelación de los 278 chips. Pero lo más asombroso vendría luego. “Fue necesario acudir a Osiptel porque en la empresa no me daban información sobre la cancelación. En Osiptel me entero de que tras mi denuncia en Claro, se volvió a vender una línea a mi nombre, es decir, la número 279. Sobre esa última ya no he hecho denuncia, pero lo haré”, dijo. Gina Cornejo teme que, pese a las previsiones tomadas, tenga inconvenientes en el futuro por el uso que se le hayan dado a esas líneas. Pero no es la única. Ya en el 2014 el suboficial en retiro Víctor Tapia Rabanal denunció que a su nombre había 8 líneas, mientras que Guisselle del Pilar Taboada tenía 12 mil líneas que nunca compró.