De nunca acabar. Nuevamente muchos escolares inician hoy clases desperdigados en diversos locales porque sus colegios están en plena reconstrucción. Es el caso del San Antonio María Claret de Hunter y Víctor Andrés Belaúnde de Cerro Colorado.,Elard Parillo Cientos de alumnos en la región iniciarán hoy sus labores escolares en las peores condiciones. Sus colegios están en pleno proceso de reconstrucción, por lo que tendrán que recibir sus clases en aulas prefabricadas u acondicionadas. PUEDES VER: Año escolar: Alumnos fueron expuestos al sol durante casi una hora | VIDEO Un ejemplo claro es el centro educativo del distrito de Hunter San Antonio María Claret. Los 830 estudiantes de esta institución pública iniciaron clases el pasado 7 de marzo, pero desperdigados en seis locales distintos. Fueron acomodados en una casa, en aulas prefabricadas de otros colegios y en un ambiente de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa). Y es que desde el 22 de diciembre se empezó a demoler la infraestructura del colegio para levantar uno nuevo. Desde el terremoto en 2001, el plantel fue declarado en emergencia por el Ministerio de Educación (Minedu). Pero recién a inicios del año 2015 el municipio de Hunter declaró de interés distrital su reconstrucción, que financia a través de la modalidad "Obras por Impuestos". Hasta el momento los trabajos tienen un avance del 30%. Otros 2 colegios en el mismo distrito también son reconstruidos bajo la misma fórmula. Percy Cornejo Choquemamani, director del Claret, se muestra optimista:"Hemos iniciado clases hace una semana, como siempre lo hemos hecho antes que otros, desde hace 20 años", confiesa. Los locales que cobijan a los estudiantes fueron acondicionados lo mejor posible por los padres de familia y docentes, afirma un grupo de madres en uno de los accesos a la Unsa. Este mismo calvario también lo soportan los alumnos del plantel Víctor Andrés Belaúnde, en Cerro Colorado. En junio del 2015, el alcalde del distrito cerreño, Manuel Vera Paredes, acudió al centro educativo durante su aniversario y anunció el inicio inmediato de su reconstrucción. Unas semanas después, los escolares, con la ayuda de sus padres, desalojaron el local y desde el 1 de julio estudian en un estadio que le pertenece al colegio. La Apafa adquirió por cerca de 17 mil soles la rafia, los palos y calaminas con que levantaron las precarias aulas. Sin embargo, las obras arrancaron seis meses después, el 21 de diciembre, por problemas con el expediente técnico. El presupuesto inicial era de S/ 8 millones, pero luego se dieron cuenta que la obra estaba valuada en S/ 13 millones. "Querían enviar a nuestros hijos a otros colegios, pero nosotros decidimos que se queden aquí para no separarlos", mencionó Irene Holanda, presidenta de la Apafa. Su director, Mario Bedregal, mencionó que enviaron documentos al Minedu y al Gobierno Regional pidiendo aulas prefabricadas. La respuesta que recibieron fue que no había presupuesto.