La izquierda, entre otros sectores disconformes con las dos opciones que tuvimos para la segunda vuelta, decidió ofrecer un apoyo crítico a la candidatura de PPK. ¿Quiere esto decir que están obligados a respaldar al pie de la letra todo lo que el ahora presidente diga o deje de decir? No.El apoyo a Kuczynski frente a Keiko Fujimori en segunda vuelta fue por descarte, el mal menor, fue optar por una opción democrática en lugar de promover el blanco o nulo. Fue, seguramente, un respaldo difícil.Dicho esto, las críticas de estos sectores al actual gobierno son totalmente válidas. Que PPK ha sido demasiado complaciente con la elección de personajes como Chlimper y Rey al BCR es cierto, que no ha dejado del todo claro su supuesta vinculación con Devon Iberia, empresa vinculada al proyecto Las Bambas (solo salió un comunicado de la PCM, pero de la boca del presidente nada), que el bailecito y la gracia ya no son suficientes para mantener una alta popularidad en las encuestas...Es en este momento en el que no parecen descabellados los rumores que apuntan a una modificación del gabinete el próximo año, para supuestamente incluir a quienes al comienzo se autoproclamaban como los opositores de este gobierno: el fujimorismo y el aprismo.Porque parece que “transar”, “negociar” y “repartija” serán tres palabritas emblema de este gobierno. Sin embargo, la última designación de los funcionarios del BCR no ha sido ni siquiera una negociación. Ha sido una imposición del fujimorismo que va más allá del aspecto técnico y profesional que sabemos Rafael Rey no tiene. Más allá del tema ético que sabemos Elmer Cuba y José Chlimper no tienen.Un fujimorismo que negó a ultranza cualquier vinculación entre “Factor K”, que regalaba dinero en plena campaña electoral, con Keiko Fujimori, la entonces candidata. Ese fujimorismo que calla cuando el fundador de “Factor K” es ahora asesor congresal de Fuerza Popular.Lo cierto con respecto a esta nueva repartija es que, tal como sucedió tres años atrás con el TC, ahora se viene acumulando un descontento más allá de la designación a dedo. El caso Moreno, los asesores de la ministra Patricia García, son algunas de las exclusividades que trae este nuevo período.Finalmente, lo sucedido con el BCR es la antesala de lo que pasará cuando se designen los nuevos magistrados al TC, o cuando se sigan pagando favores en sectores como el de salud. Porque esto es el reflejo de una misma práctica que hoy por hoy es la causa de la ínfima credibilidad de nuestras instituciones.Por todo esto, este 8 de noviembre la gente saldrá a las calles, movilizados con el potencial de ser, una vez más, protagonistas del cambio.