No es realmente novedad, pero la cercana Feria Internacional del Libro es un buen momento para hacerlo notar. El Perú está viviendo un auge de novelas, como nunca antes. Se menciona más de 30 novelas nuevas por mes. Si no es exacto, por lo menos se parece mucho a la abundancia perceptible en las librerías. Esto viene de la mano con una expansión de la lectura. Las cifras de tiraje y de ventas de narrativa superan largamente a las de hace algunos decenios. En todo momento hay una novela nueva que es un bestseller, en no pocos casos una primera novela. Por supuesto que la mayoría de los autores son jóvenes. Una consulta a intelectuales en el N°65 de la revista Hueso humero (que este columnista codirige) sobre las novelas del siglo XXI muestra que los novelistas más establecidos son los preferidos. Encabeza el ranking La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. Le sigue La hora azul, de Alonso Cueto. Pero un novelista con relativamente poca prensa, como Augusto Higa con La iluminación de Katsuo Nakamatsu, está en tercer lugar. Le siguen Renato Cisneros, con La distancia que nos separa, el bestseller de estos tiempos, y Miguel Gutiérrez con El mundo sin Xochitl. A partir de allí las preferencias son más restringidas entre 59 novelas. No hay una tendencia marcada. Son más frecuentes las novelas sobre la violencia política de pasados decenios, sobre los dramas del mundo adolescente, sobre las penurias de la migración, sobre la vida en la provincia, y las novelas encuadradas en lo histórico. Casi no hay novela que hoy no participe de alguno de estos temas. Alonso Rabí do Carmo, el autor de la consulta de Hueso húmero, tiene algunos comentarios importantes sobre el asunto. El conocimiento de la mayoría de las novelas no está muy generalizado. No hay en los medios crítica suficiente para difundirlas. Las principales editoriales no se dan abasto para publicarlas. De lo anterior se desprende que hay más novelas que antes, pero su impacto en el debate de ideas nacional es más limitado que antes. Aun así, los novelistas menos conocidos insisten, y hacen bien. A través de ellos el Perú se está describiendo.