Las notas periodísticas del exterior suelen referirse a Pedro Pablo Kuczynski como ex economista del Banco Mundial, que es lo más comprensible e internacional que tienen a la mano. En el Perú antes de su ingreso a la política electoral en el 2011 la referencia estándar era ex ministro de Economía. La imagen de político es relativamente nueva. Esta última imagen es reciente y, a pesar de la complicada campaña en que ha logrado la victoria, todavía está a prueba. El país sabe que una cosa es un candidato y otra cosa un Presidente de la República. Lo primero consiste en ofrecer, lo segundo en recibir reclamos. Fernando Belaunde lo comparaba con la fiesta brava, un toro por año. El foco de la imagen presidencial en estos momentos es que la política económica estará bien servida, aunque los especialistas lo recuerdan como mejor practicante de la cautela que de la reactivación, un reflejo natural en los banqueros, mundiales, centrales o privados. Uno de los cuernos de ese primer toro será el crecimiento. En cambio en el nuevo manejo político todo es bastante nuevo. La imagen es que PPK también será hábil en este aspecto, pero que maneja un conglomerado que no llega a ser un partido, algo que en principio dificulta la tarea de delegar. Es decir, gran provisión de tecnócratas, pero poca disponibilidad de operadores sobre el terreno. PPK es el primer presidente peruano que viene del mundo de los negocios en un siglo, y es casi inevitable que eso defina un estilo distinto en muchos aspectos. Cargando las tintas, se podría pensar en una varita mágica para la administración, pero aun herramientas tentativas para la política del conflicto, que hoy es prácticamente toda. Sin duda esta imagen bifronte de PPK se va a aclarar mucho con sus primeras actuaciones, entre las que destacará la búsqueda del voto de confianza para su primer gabinete. Luego está la situación de Alberto Fujimori, como dijo Winston Churchill de Rusia, un acertijo envuelto en un misterio, dentro de un enigma. En la teoría los nuevos presidentes tienen 100 días de gracia para poner en marcha sus talentos. Por algún motivo no parecen estar tan disponibles para PPK.