Matemáticamente hablando, Fujimori puede ganar, pero...,Matemáticamente hablando, Keiko Fujimori aún puede ser presidenta este año, pero, como conocemos bien los sufridos hinchas de la selección peruana de fútbol, cuando se recurre al argumento aritmético como sustento de nuestra expectativa, es porque ya sabemos que la posibilidad de llegar al mundial es tan baja que, en la práctica, es casi inexistente. Eso es lo que le estaría pasando en este momento a Fujimori, quien con el correr del conteo de actas en la ONPE, ve reducida la posibilidad de, en su segundo intento, llegar a ponerse la banda presidencial. El conteo superó ayer el 99% de las actas, manteniéndose la diferencia para Pedro Pablo Kuczynski, y reforzando la posibilidad de su triunfo. Como explicó ayer el portal Altavoz, es muy difícil que dicha diferencia se revierta porque, primero, ya terminó el conteo de votos de las regiones en que Fujimori ganó con mayor solidez y, en cambio, falta contabilizar actas de las regiones que con mayor intensidad votaron por PPK. Segundo, porque aún falta contabilizar el voto que viene del extranjero, el cual también ha favorecido a PPK. Tercero, porque, contra lo que creían algunos, no todo el voto rural es completamente fujimorista. Y, cuarto, sobre las impugnaciones, la cantidad de votos que favorecen a Fujimori tendría que darle una diferencia muy amplia frente a PPK. La suerte de Keiko Fujimori ya parece estar echada: a estas alturas, para lograr la presidencia, tendría que ganar en todas las mesas que restan, del Perú y del extranjero, por más de 60% y eso es muy difícil, sino imposible, sobre todo en el exterior. Así, matemáticamente hablando, Keiko Fujimori aún puede ser presidenta este año, pero su probabilidad es tan baja que, incluso en el propio frente fujimorista, ya se observa que están preparando las reacciones que vendrán cuando, en breve, no quede otra opción que reconocer la derrota. No será un proceso sencillo, empezando por Keiko Fujimori, para quien será difícil por el enorme desgaste personal que significa haber bregado con tanto esfuerzo personal, durante una década, para quedarse dos veces en la puerta del horno. Especialmente, cuando ya se desató el ajuste de cuentas interno. La distancia que toma Kenji Fujimori frente a ella, quien ni fue a votar; la acusación de Luisa María Cuculiza de que fue Joaquín Ramírez quien la excluyó; o la reaparición de la guardia vieja, como Martha Chávez, son expresiones de que el pleito viene fuerte.