La escritora peruana presentó su nueva novela en la última edición de la Feria Internacional del Libro. , En un concepto corto, la muerte pasa a ser el final de todo. Y aunque Francois Mauriac pensara que la muerte nos guarda en la memoria, hace falta saber cómo es que morimos, cómo es que queda en orfandad nuestro cuerpo. En "Esa muerte existe", novela de la escritora peruana Jennifer Thorndike, se revisa aquellos pasajes de la condición humana. Se marca la vía de la pena capital utilizando la memoria para reconstruir un asesinato. Este thriller se convierte en un pozo de dolor, donde el poco aire que transita nos va ahogando, nos va permitiendo pensar sobre el final a un ritmo frenético. ¿Cómo se construye un thriller de menos de 200 páginas? ¿Te ha representado un reto? La etiqueta de thirller es nueva para mí. En realidad, yo tengo mucho acercamiento a temas como el crimen, la enfermedad, la maldad, el control sobre el cuerpo gracias a mi la tesis que escribo para mi doctorado. El reto fue intentar integrar la ficción con el lado de la investigación. Creo que en cuanto a la cantidad de páginas, no me puse límites, yo siempre trabajo las novelas sin pensar en cuán largas serán. Lo que sí pienso es cómo construir situaciones límite con sentimientos muy fuertes. ¿Hay una preparación psicológica para escribir novelas de crímenes? Para mí escribir siempre tiene un gran impacto psicológico y eso se debe a que me meto mucho en los personajes y las situaciones que están viviendo. Ahora hago mucha investigación sobre la mente criminal desde el punto de vista psiquiátrico y también desde el discurso y estructura social. Uno se encuentra con cosas desagradables y muy fuertes y es inevitable sentir golpeado, indignado y muchas veces shockeado por eso. Y escribir sobre ello me imagino que es sacarse la camisa de fuerza… Creo que son temas fuertes, que ocurren, que están por todos lados, pero que a veces se prefiere no saber de ellos porque es difícil de aceptar que cosas tan terrible y sórdidas pueda ocurrir. A mí me interesa ver ese mundo por intentar descubrir qué lleva a las personas a cometer esos crímenes, su pasado, sus traumas, la educación que los ha formado, etc. Escribir sobre eso produce en mí un agotamiento emocional grande, pero es algo que quiero descubrir. En cada paso de tu novela, como lector uno se siente testigo de lo que le va a pasar a Sofía. ¿Cuál es la conclusión que sacas luego de todo ese desgaste que mencionas? Para mí, el desgaste es parte del trabajo de escritura. Yo no podría escribir si no me meto en el personaje o sufro estas emociones fuertes cuando estoy en el proceso creativo. Al final, si el resultado es el que quiero, vale la pena. El dolor es uno de los conceptos que más se repite en la historia. ¿Ha sido el ingrediente necesario para la construcción de “Esa muerte existe”? Quiero construir personajes que pasan por estas situaciones extremas y que, por eso, su vida está construida en base al sufrimiento, a una lucha constante por tratar de salir adelante, pero que no se puede lograr. Aquí hay un cuestionamiento que tiene que ver mucho con todo el pensamiento neoliberal de “todo se puede hacer por ti mismo y sin ayuda de nadie”, de querer destacar por encima de los demás a cualquier precio. ¿Es cierto que se puede volver a comenzar cuando todo está en tu contra o cuando alguien más te ha destruido la vida? Es muy difícil ir contra todas las construcciones sociales y económicas que tenemos alrededor. Y me parece que es una fijación de los escritores escarbar en la condición humana, en aquellos lados donde nos sentimos frágiles… Puede ser una característica en muchos escritores, para mí definitivamente tiene que haber una indagación profunda de todo lo que compone a los individuos y al mundo que los rodea. Y en ese mundo uno se encuentra con detalles siniestros, con hechos deplorables. A mí más que nada me obsesiona entender por qué sucede lo que sucede, ya sea a través de la lectura de textos de teoría política, filosofía, medicina, historia, etc.; o a través de la escritura, que es cuando uno se detiene a pensar en lo que la aprendido para poder sacar conclusiones propias. Sí. Y en esa búsqueda uno se encuentra con una premisa que te golpea para reflexionar. Me refiero a esa pequeña línea de tu libro: “Ahí estaba el dolor. Lacerante y continuo". Quizás sea el resumen de ese camino a la muerte de Sofía. Sí, es que el dolor es así. Me refiero a esos “dolores” que se quedan con uno toda la vida, esas cosas que pasaron que no se pueden olvidar porque de alguna manera son parte de ti, te han convertido en lo que eres. En esa parte de la novela, justo se habla de un dolor físico que se sabe que siempre estará ahí, pero que de vez en cuando aparece con más fuerza e intensidad. Eso también pasa con el dolor emocional, pero que de alguna manera no se puede superar. Y hablando de dolores, ¿piensas que hay más o menos lectores en el Perú? Me parece que se están formando grupos de lectura, por ejemplo, alrededor de los booktubers. Eso es algo que no había cuando yo era adolescente y me parece positivo porque si bien es cierto que muchos chicos comienzan con sagas o best sellers, eso no quiere decir que no puedan leer otro tipo de libros y que también les gusten. Pero como todo, que haya más lectores un proceso y creo que clubes como este con chicos jóvenes y entusiastas pueden incrementar en número de lectores en unos años.