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Economía

2024 traerá un rebote económico insuficiente para atender urgencias sociales

Estruendo. Se espera que el PBI culmine este año, en el mejor de los casos, en 3%. El megapuerto de Chancay y la cumbre APEC serán claves en la recuperación; sin embargo, especialistas piden frenar el ruido político para dinamizar la inversión privada.

La recesión económica repercutirá de forma negativa durante el 2024. Foto: difusión
La recesión económica repercutirá de forma negativa durante el 2024. Foto: difusión

La recesión nos dejará una resaca tan prolongada que no se compara con la que acoge a millones de peruanos en estas primeras horas del año nuevo. Si bien el dato oficial del 2023 —a cargo del INEI— se conocerá recién en febrero, se prevé que el PBI cayó entre 0,6% y 0,3%; y para este 2024 tendríamos un rebote que apenas superaría el 2%, según entidades especializadas.

Así como los números se tumbaron los discursos optimistas del Gobierno de Dina Boluarte, ahora se advierte que, aun con un fenómeno de El Niño moderado, la producción del país para el corriente no será suficiente para el cierre de brechas, pese al rebote de 3% que pronostican el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).

Julio Velarde, presidente del BCRP, espera que en el primer trimestre del 2024 la economía suba 0,7%, y así progresivamente hasta 4,8% para el cuarto trimestre. A raíz de un Niño menos agresivo, anota que agricultura y pesca tendrían una recuperación vigorosa.

En tanto, el ministro Alex Contreras, a pesar de su llamado a la calma, apenas refirió que el repunte se producirá “principalmente en el segundo semestre”; y juega sus cartas por la recuperación de la inversión privada —pese a que arrastra cinco trimestres en negativo y culmina el 2023 con una contracción de 7,3%—. El latente pesimismo empresarial complica el horizonte.

Más pobreza y hambre

“No bastará en lo absoluto. Incluso ni sé si llegará al 3%, porque para ello hay que tener algo de optimismo. Tiene que haber un poco más de estabilidad política para recuperar las expectativas (empresariales). Aparte, este rebote se va a comparar con un 2023 muy malo”, comentó para La República el exministro de Economía Luis Miguel Castilla.

El también director ejecutivo de Videnza señala que el PBI se perfila más al 2%, y uno de los efectos más tangibles de esta variación acotada será el incremento del empleo precario, ya que solo con tasas elevadas de crecimiento se alimenta a la formalidad laboral. No es mezquino con las bondades del 3% que prevé el Estado, mas considera que no es el umbral al que se debe aspirar.

Vale acotar que aproximadamente 9 millones de peruanos están subempleados, sea por falta de horas (visible) o ingresos menores que el promedio (invisible).

Desde el Área de Estudios Económicos del BCP y el BBVA Research enfatizan que el rebote tiene “un nivel de incertidumbre importante” y se quedará corto para retener el incremento de la pobreza. Cabe añadir que llegamos al 2024 con casi 10 millones de peruanos en la indigencia por falta de ingresos para cubrir sus necesidades cotidianas (pobreza monetaria).

Cambiar prioridades

Carolina Trivelli, investigadora del IEP, argumenta que el rebote previsto se dará en piloto automático y solo evitará que las cosas empeoren, mas no es motivo de alivio, ya que problemas como la inseguridad alimentaria deben atenderse en lo inmediato: hace 11 años, el 17% de los peruanos reconoció que se quedó alguna vez sin alimentos en los últimos tres meses y en 2023 la tasa repuntó a 57%. “Es algo brutal. Es una situación gravísima no vista en los últimos 20 o 30 años”, refirió la otrora titular del Midis.

Trivelli es una férrea crítica de las decisiones políticas del Ejecutivo, a tal punto que cree que los recursos del Presupuesto Público 2024 no traen nada nuevo y repiten una receta estéril, ya que la pobreza ha mutado y ahora se la debe atacar considerando los aspectos multidimensionales: ubicación geográfica, acceso a servicios básicos, empleo y educación, etc.

A su criterio, urge mejorar los ingresos familiares, pero no a través de bonos —porque las cuentas fiscales “están difíciles y no hay criterios de focalización claros”, añade—, sino con la ampliación de programas de generación de empleo temporal e inclusión económica como Compras a Myperú, A Comer Pescado o Haku Wiñay.

Políticas del MEF no dieron la talla

Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, sostiene que los planes del MEF no han obtenido los resultados esperados y apenas, por su naturaleza de impulso público, ayudaron a que la desaceleración económica no sea mayor porque, de no haberse aplicado, el PBI estaría más abajo del -0,5% que se prevé. Más allá de remover ministros del gabinete Otárola, apunta a que se marquen nuevas prioridades.

Reconoció medidas como la simplificación del régimen tributario para un sector tan atomizado como las mypes —aunque se tendrá que esperar hasta marzo para que el Congreso lo aborde—, y para la segunda mitad del año, tras la desaceleración cíclica global, los precios de los minerales volverían a incrementarse, como el cobre, lo cual representa una oportunidad para captar más ingresos, considerando que somos uno de los productores cupríferos más importantes del mundo. Vale acotar que el MEF alista un paquete de flexibilización de permisos para destrabar proyectos mineros y a las agroexportadoras les reducirá la tasa de aportes para Essalud.

APEC: debemos dar una mejor imagen

Este año, el Perú será sede de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), bloque que congrega a 21 economías, entre ellas Estados Unidos, Rusia y China, y coincidirá con la inauguración del megapuerto de Chancay, el cual convertirá al Perú en el eje del comercio internacional abaratando costos y reduciendo tiempo para los países de la región en su afán exportador.

Aquí, Perea y Castilla coinciden en que los efectos de proyectos de como Chancay —cuya inversión supera los S/891 millones— “se sienten con el tiempo”, y si bien la eventual llegada del presidente chino, Xi Jinping, a la APEC en el marco de la apertura del hub portuario nos colocaría en una vitrina, con el deterioro institucional actual poco o nada puede hacerse, y para ello se requiere un Congreso y Poder Ejecutivo ajenos a los escándalos políticos. Los hechos recientes parecen advertirnos lo contrario de cara al nuevo año.

Hambre se agravó en 10 regiones

En su reciente reporte del Índice Global del Hambre, realizado por Alliance 2015, advierten que en diez regiones de nuestro país el hambre se agravó debido a la inflación y la desaceleración económica vista en 2022.

Kaspar Schmidt, director de Helvetas Perú, sostiene que el factor político complica el hambre y generó la pérdida de poder adquisitivo de la población, a tal punto que se borraron los efectos positivos heredados del rebote visto en el bicentenario —tras la recesión del 2020—. Reconoció que se fue “muy optimista” en las proyecciones.

Reacciones

Carolina Trivelli, exministra de Desarrollo e Inclusión Social

“Necesitamos que junto con el rebote haya medidas que se concentren en las familias que empeoraron su situación económica. La pobreza extrema en el mundo rural es muy alta. Ha subido casi al 15%”.

Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas

“El escenario base es uno del 2%, y aun con el 3% será insuficiente para el cierre de brechas. Se va a comparar con un año muy malo y al disiparse El Niño veremos una recuperación de pesca y agro”.

iNFO

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larepublica.pe

Formado en la Universidad Jaime Bausate y Meza. En constante aprendizaje. La economía es la rama del periodismo más cercana a la gente y mi deber es ser un puente a la información.